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El vuelo de Franco a Asturias, a bordo del "Ciudad de Oviedo"

El dictador aterrizó con su séquito el 11 de junio de 1968, horas antes de que lo hiciera el primer avión comercial con pasajeros

El vuelo de Franco a Asturias, a bordo del "Ciudad de Oviedo"

Hubo un antes de aquel primer vuelo comercial que aterrizó, ya de noche, en el aeropuerto de Asturias, el 17 de junio de 1968, con 24 pasajeros a bordo. Otras dos aeronaves, habían aterrizado primero, ambas ese mismo día, en Santiago del Monte.

La primera, a las once menos veinte de la mañana, un avión militar que había partido de Getafe, en el que viajaban los corresponsales extranjeros y los periodistas madrileños de prensa, radio y televisión acreditados para la ocasión. El segundo aparato llegó cuando faltaban ocho minutos para las once de la mañana. Era un DC-9, en el que viajaban el entonces jefe del Estado, Francisco Franco, y su esposa, la ovetense Carmen Polo, con un interminable séquito de ministros, jefes y segundos jefes de las Casas Militar y Civil y ayudantes de servicio del dictador. El avión voló escoltado por una escuadrilla de reactores militares F-104 de la base aérea de Torrejón de Ardoz. Franco fue recibido al pie de la escalerilla por las autoridades militares, justo antes de que sonara el himno nacional. Después, pasó revista a una compañía del regimiento del Milán número 3 y fue cumplimentado por el arzobispo de Oviedo, Vicente Enrique y Tarancón, y las autoridades políticas.

Tras la bendición del aeropuerto, Carmen Polo descubrió una placa conmemorativa, hubo una arenga político-militar del ministro del Aire, José Lacalle Larraga, y Franco y sus acompañantes recorrieron a continuación las flamantes instalaciones, cuya construcción costó 303 millones y supuso más de tres años de trabajo. Tenía el aeródromo una pista idéntica a la actual en longitud (2.200 metros) y anchura (45 metros). La plataforma de estacionamiento de aeronaves ocupaba 15.000 metros cuadrados, por los 64.657 que tiene ahora. La terminal original ocupaba 2.600 metros cuadrados, mientras que la que existe hoy tiene 15.185. Y había entonces 150 plazas de estacionamiento de vehículos, por las casi 900 actuales (770 de parking y 110 de rent a car).

El colofón de aquella jornada de hace medio siglo corrió a cargo de Carmen Polo, quien, como madrina del avión "Ciudad de Oviedo", rompió contra la aeronave un botella de sidra natural, mientras sonaba música de gaita. Después, Franco viajó a Avilés, donde según las crónicas se dio un baño de multitudes, recibió el "bastón de mando" y fue nombrado "alcalde perpetuo de la villa", una distinción que fue retirada en 2007.

Más tarde, pronunció un discurso desde el balcón principal del Ayuntamiento. "Somos una democracia por encima de las críticas que puedan hacérsenos", llegó a decir el dictador, quien más tarde inauguró el Centro Sindical de Llaranes y el tren desbastador número 2 de Ensidesa. Tras el almuerzo, Franco regresó en avión a Madrid, adonde llegó a las seis de la tarde, sin novedad. El "Ciudad de Oviedo" fue rematriculado en Estados Unidos y estuvo volando hasta 2007.

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