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La pesca asturiana tiene cantera

El aumento del número de embarcaciones de la flota regional se suma al interés de algunos jóvenes por mantener vivo un sector castigado durante los últimos años

La pesca asturiana tiene cantera

La pesca asturiana remonta. Por primera vez en años, el número de embarcaciones ha aumentado en dos unidades en los puertos de la región. Y hay un grupo de jóvenes, de este a oeste del litoral, que aportan savia nueva a una profesión castigada, que parece vivir en una crisis permanente durante las últimas décadas.

Los pescadores de más edad afirman que el relevo generacional, junto a la escasez de cupos que afectan directamente a la economía y las leyes europeas, son las mayores trabas a la que enfrenta el sector.

Pero ese relevo existe, quizá no en la cantidad que se deseara, pero está ahí dispuesto a mantener una tradición milenaria en Asturias, que ha dado y da de comer a centenares de familias -desde Figueras hasta Bustio, desde Castropol a Ribadedeva- pasando por 19 instalaciones portuarias diseminadas por toda la región.

Diego Fernández García es una de las esperanzas del sector pesquero, un chaval que rompe la idea de la falta de relevo. Está ilusionado pese a que aún no ha finalizado sus estudios de Patrón del litoral en la Casa del mar de Gijón. Tiene 17 años y quiere cumplir su sueño desde niño: ser pescador en su pueblo, Puerto de Vega, en Navia.

"Tengo pasión por el mar", resalta. Es hijo y nieto de marineros naviegos. Es consciente de las dificultades que entraña el sector antes incluso de finalizar sus estudios de patrón.

"A parte de lo que falta hasta acabar el año, me queda uno más para hacer las horas de mar necesarias para sacar el título", explica.

Comprará una lancha una vez pueda pilotarla. "Mi padre sigue trabajando como pescador de bajura y yo haré lo mismo, iré al pulpo, al pixín, la xarda...".

El patrón mayor de Puerto de Vega, de donde es Diego Fernández, se llama Adolfo García y defiende que el relevo generacional es difícil, pese a que el grueso de pescadores de su localidad ronda los 35 años. Apenas hay veinteañeros dispuestos a trabajar en la mar pero, como en todo, hay honrosas excepciones.

En la otra punta del litoral, en Llanes, su patrón mayor, Ángel Batalla, dibuja un panorama completamente diferente. Ve el futuro de la pesca "muy negro". "Todo son trabas y la gente joven no entra, tenemos que tirar de los que vienen de fuera y tampoco son jóvenes. Si no es por ellos la pesca se muere".

Algunas circunstancias lo hacen difícil. "Ya no quedan chavales de 22 a 25 años. Antes te pedían un curso de nada y aprendías a bordo y -por qué no decirlo- en la mar, pese a como están las cosas, se gana más que en tierra", señala Batalla, que asegura que su hermano Javier, de 36 años es el menor de los adscritos a la cofradía que preside.

En Cudillero, también hay cantera. No mucha, pero hay. Rubén Viña tiene 26 años y desde hace dos maneja su propia lancha. Estudió en la escuela náutico-pesquera y tan pronto como pudo se hizo a la mar. Como buen pixueto, mantiene viva la tradición de su pueblo y de su familia.

"Cuando compré la lancha mis amigos me decían: ¿Dónde te metes?, ¡que no os dejan pescar, que hay cupos de todo, que la pesca está ahogada...! Hago lo que me gusta", contesta.

Con 24 años comenzó a pilotar su propia embarcación y mantiene vivo un sector que intenta esquivar su crisis desde hace décadas. Decidió salir adelante con la "Paredes Casal", la embarcación con la que pesca en el entorno del muelle de Cudillero. "¿Relevo en la pesca? Está complicado. Hay poca gente de mi edad... jóvenes somos cuatro en la pesca", afirma el pescador pixueto que ya

La flota asturiana ha conseguido frenar la caída en el número de barcos que padece desde tiempo. Según el censo del Ministerio de Agricultura y Pesca, Asturias cuenta con 264 buques, una cifra muy lejana a la registrada en 2008 cuando había 396.

Asturias fue la única comunidad española que crece en el número de embarcaciones. Los barcos asturianos son, principalmente, de pequeño tamaño y se centran en la pesca de bajura y artes menores.

El puerto con mayor número de barcos registradas es el de Cudillero con 45 pesqueros, seguido de Avilés con 35 y Luanco con 31. Otros muelles de importancia en el litoral asturiano son los de Luarca, con 25 buques; Gijón, con 20 y La Arena y Lastres que comparten cifra con 16 embarcaciones. Puerto de Vega les sigue de cerca con 12 unidades. El resto de instalaciones portuarias no supera la decena. Los datos que cifran ese número de embarcaciones están registrados por el Principado y alcanzan la cifra de 256, cantidad menor en ocho unidades a la registrada por el Ministerio de Agricultura y Pesca el pasado ejercicio.

El baile de cifras se explica en que esas embarcaciones que faenan en Asturias pueden estar adscritas a otros puertos de comunidades vecinas del Cantábrico.

De todos modos, el número de barcos ha aumentado ligeramente y genera una ilusión contenida entre el sector, debido a las constantes trabas que se enfrentan los pescadores asturianos.

Salvador Fernández es el máximo responsable de la cofradía de pescadores de Cudillero, el puerto que más embarcaciones tiene en todo el litoral. Defiende que las personas que quieran dedicarse a su negocio, al margen de titulaciones, tienen la garantía de encontrar un puesto de trabajo "con una inversión no muy grande" en el caso de que deseen adquirir una nueva embarcación.

"Aquí contamos con un chaval joven que compró una lancha vieja, Rubén", indicó Fernández para referirse a uno de los jóvenes que mantiene viva la esperanza del puerto.

Eloy Sopeña es el patrón mayor de La Arena, en el concejo de Soto del Barco. No ve "por ningún lado" relevo en el mundo pesquero. "¿Quién tira de esto? Apenas hay jóvenes en la pesca", señaló el responsable de la cofradía arenesca. "De mano, hay muy pocos en La Arena" y en Asturias, que quiera dedicarse a las tareas propias de la mar. "En Avilés, hay extranjeros jóvenes", destaca el veterano pescador sotobarquense.

Los jóvenes, como apunta el patrón mayor de Cudillero, compran lanchas de segunda mano para la pesca de bajura. En Luanco (Gozón), Fran García Rodríguez, que tiene 29 años y una carrera profesional de pescador labrada en la Casa del Mar y compaginada con trabajos de verano cuando recogía ocle y percebes, compró una embarcación entre el año 2013 y 2014.

"Empecé en el mundo de la pesca con 20 años y, como me gustaba, decidí seguir hasta que gané algo de dinero para comprar la lancha". Como sus compañeros de cofradía, García Rodríguez se dedica a la pesca de bajura, al percebe, al centollo, la andarica y, de vez en cuando, pesca algún que otro pulpo, todo a bordo de su lancha, la "Sara Un".

Su compañero de faena, Abraham Mazuelas, tiene un año más, 30. Está enamorado de la pesca desde que era un adolescente. "Siempre esperaba a que llegara el verano para ir a pescar", afirma el luanquín. Sus últimos vínculos familiares con la mar hay que buscarlos en su abuelo, ya que su padre es carpintero.

Tras sus estudios, Mazuelas entró en la pesca como percebero. "Antes estaba en la zona libre, pero ya llevo años en el plan especial de Peñas con la cofradía de Luanco". También se dedica a la bajura y a la captura de lubinas y calamares.

"En Luanco, tenemos una media de edad de 40 y pocos años y sabemos que la pesca aquí no se va a acabar. Estamos mucha gente joven: Vicente, Gustavo, Fran, Javi, que nos dedicamos a ello. Nuestra flota es pequeña, pero va a aguantar".

La flota de Luanco es la tercera de Asturias con 31 embarcaciones, según los datos registrados por el Principado de Asturias.

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