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Congresos: los turistas que vienen a trabajar

Los visitantes que acuden a Asturias a reuniones sectoriales superan ya el 10 por ciento del total que recibe la región y están contribuyendo a romper la estacionalidad del sector hostelero

El III Congreso Nacional de Psicología, que se celebró el año pasado en el palacio de Calatrava de Oviedo.

"Las reuniones significan negocio". La frase la repiten como un mantra aquellos que se dedican a organizar congresos en Asturias, un negocio que va creciendo y ganando adeptos en la región año a año. Ahora, precisamente, es temporada alta. En los meses más próximos al verano este tipo de eventos se multiplican. Los auditorios de las grandes ciudades asturianas se llenan de expertos en los campos de lo más variopintos: la medicina, el derecho, la psicología, la ingeniería, la industria y así hasta un largo etcétera. Incluso temas mucho más específicos, como el que se celebra la semana que viene en Gijón sobre la cultura japonesa o como el que tuvo lugar en Oviedo hace unos meses sobre bailes latinos. En la variedad está el gusto y en las reuniones el negocio.

Víctor Cabal Díaz, profesor titular de la Facultad de Turismo de Oviedo y socio director de la consultora CuatroPI Tourism, asegura que "para el sector turístico de Asturias este mercado significa un aporte importante de visitantes y, por tanto, de ingresos, que llega la mayoría de las veces en momentos en los que la ocupación es baja". Ésa es una de las peculiaridades de este mercado, viene a ayudar a que muchos de los trabajadores de los hoteles asturianos no estén cruzados de brazos en los meses de primavera y otoño, cuando la llegada de turistas que vienen a la región para hacer turismo baja.

Al año se celebran en la región más de un centenar de congresos, aunque la cifra hay que tomarla con pinzas, ya que las propias oficinas municipales que se encargan de organizar estos eventos son recelosas de aportar los datos y no hay ningún organismo que se encargue de hacer el recuento. La competencia entre ciudades para atraer este tipo de eventos es en muchas ocasiones voraz. Gijón, por ejemplo, aseguró recientemente que tiene cincuenta congresos programados para este año, mientras que el Ayuntamiento de Oviedo señaló que en lo que va de año ha celebrado treinta.

Los únicos datos oficiales que pueden poner de relieve la importancia que el turismo de congresos está tomando en la región los reúne trimestralmente el llamado Sistema de Información Turística de Asturias (SITA). En su última edición, correspondiente al tercer cuatrimestre del año pasado (es decir, entre septiembre y diciembre, con lo que pilla media temporada alta de congresos), el informe señala que el 10,9% de los turistas que visitaron la región lo hizo para participar en alguna feria o congreso. El porcentaje, aunque parezca exiguo, es significativo y ha ido creciendo de forma considerable durante los últimos años. Hace no mucho representaban poco más del 3% de los que ponían el pie en la región.

El "turista" de congresos tiene unas peculiaridades especiales con respecto a los convencionales. Según explica Víctor Iglesias, profesor de la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales Jovellanos, en Gijón, basándose en los datos del informe SITA, la estancia media en la región es menor que la ligada al turismo de ocio. "Lo más frecuente es que estén sólo dos noches en el destino", explica el docente. Sin embargo, su gasto es mayor. Para empezar, suelen elegir hoteles más caros. El 55,8% de ellos se aloja en establecimientos de cuatro o cinco estrellas, mientras que sólo el 21,2% de los que vienen de vacaciones al Principado escoge este tipo de habitaciones. Optan por los más económicos.

Incluso, su gasto en los dos días de media que pisan el suelo asturiano es mayor que el del resto de turistas. Desembolsan unos 103 euros por día, 28 más que los que vienen por ocio. "Tienen un perfil profesional, tecnológico y marcado por tipo de colectivo o entidad que convoca el evento. Este tipo de turista no elige su destino del viaje, es la entidad organizadora la que lo elige por él", destaca Cabal.

De lo que no hay duda es de que es un negocio lucrativo. Por eso, la gran mayoría de las ciudades españolas están tratando de fomentar este tipo de eventos para darle un impulso a su sector turístico en momentos de baja actividad. "La competencia es fuerte", reconoce Víctor Iglesias. El profesor pone el acento, además, en que hay que distinguir entre lo que se pueden denominar macrocongresos o los congresos de tamaño medio, más modestos. Asturias tiene pocas armas para rivalizar por los primeros. "Difícilmente se puede competir con las grandes ciudades españolas, y la inexistencia de infraestructuras suficientes (capacidad hotelera, de empresas de servicios y de medios de transporte público) supone una importante limitación", defiende Iglesias. Sin embargo, para los de tamaño medio el Principado sí que está lo suficientemente preparada para competir. "Hay infraestructuras y servicios para ello", sostiene el profesor. No obstante, Cabal señala que "las comunicaciones siguen siendo la primera y mayor dificultad para captar congresos, y muchas veces somos superados por otros destinos, mejor comunicados".

Esa caja de los truenos, la de la limitación de los concejos asturianos para atraer grandes eventos, la abrió hace unos días el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, que criticó hace unos días la capacidad de Oviedo y Gijón para captar estos congresos. Sus palabras causaron un gran malestar en estos ayuntamientos. Desde la ciudad gijonesa reaccionaron enseguida asegurando que tienen programados para este año medio centenar de congresos, y uno muy reseñable que se celebrará en junio en la Laboral sobre urología y que contará con la asistencia de un millar de profesionales.

Las dificultades para atraer congresos han sido también arma arrojadiza política. El Consistorio ovetense se quejó airadamente hace unos días de que las malas conexiones del aeropuerto eran una traba importante para el desarrollo de esta actividad en la capital asturiana. Un día después la patronal hostelera y hotelera Otea contraatacaba y criticaba la "nefasta política" de congresos de este Consistorio. Y es que ese sector se juega mucho en este tipo de eventos.

Porque el de los congresos es un sector por sí mismo con un importante impacto económico para actividades de diferente índole. Lo verbaliza Víctor Cabal, profesor de la Facultad de Turismo de Oviedo, "los gastos vinculados a la celebración de cualquier congreso están muy repartidos, entre muchas empresas prestadoras de servicios y de muy variados sectores, como el alojamiento, la restauración, el transporte, las empresas de azafatas, las imprentas, la traducción, la animación...".

Los expertos defienden que estos congresos, además, de una forma de hacer negocio es también un importante escaparate. "Que en Asturias se celebren congresos con el flujo de visitantes que ello genera convierte esta actividad en un auténtico escaparate no sólo de nuestro sector, también de Asturias en sí misma", resalta Cabal. "Muchas de las personas que acuden a la región para participar en este tipo de eventos repiten luego acompañados de sus familias o amigos como turistas vacacionales". Con lo que estas reuniones sí que significan negocio. Al menos para el sector turístico y aledaños.

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