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Fred Vargas, novela a novela

Un detallado recorrido por la obra de la creadora del comisario Adamsberg revela un mundo de enigmas en el que hay más historia y mitos que violencia y sangre del género negro

Fred Vargas.

Hombres lobo, vampiros, fantasmas, peste negra, fanáticos de Robespierre, ejércitos de muertos, reliquias de santos... Los libros de Fred Vargas, última ganadora del premio "Princesa" de las Letras, se enmarcan habitualmente como novela negra, si bien la propia autora las sitúa más como novela enigma, herencia de Agatha Christie, y en ellos hay más historia y mitos que violencia, sangre y descripciones de la sociedad actual. Arqueozoóloga, historiadora, especialista en la Edad Media, en su obra se mezclan la cultura, la intriga y cierto esoterismo, situaciones inicialmente inexplicables que, finalmente, tienen una resolución lógica. Dos son sus series literarias. La más importante, con una docena de obras entre novelas, libros de relatos y cómics, es la protagonizada por el comisario Adamsberg, todo un personaje -como prácticamente todos los protagonistas de sus libros-. La segunda, compuesta por tres obras escritas del tirón a mediados de los noventa, es la de "Los tres evangelistas", tres historiadores, especialistas en distintas épocas, que viven en un mismo edificio y que se unen para aclarar enigmas. A esta serie pertenece "Más allá, a la derecha", que LA NUEVA ESPAÑA ofrece hoy, domingo.

El gran personaje de Fred Vargas -que realmente se llama Fréderique Audoin-Rouzeau- es el comisario Adamsberg. Natural de un pueblo de los Pirineos, es un hombre con don de gentes, pese a que él parece no saberlo ni tenerlo en cuenta. Su cerebro inconsciente funciona a toda velocidad, si bien el consciente no es igual, y siempre parece encontrarse entre "brumas", tal y como describe la autora. La forma de ser de Jean-Baptiste, que así se llama el comisario, se explica en las primeras páginas del primer libro que protagoniza, "El hombre de los círculos azules" (1991): "Estás ahí, vagando, soñando, mirando a la pared (...) y luego, un día, te presentas, lánguido y amable, y dices: Hay que detener al cura, ha estrangulado al niño para que no hable". Poco después, Vargas ofrece otra clave sobre su personalidad: "Atento a todo, no presta atención a nada".

Su intuición, su particular forma de reflexionar son las grandes armas de Adamsberg. No es un hombre de acción, como el Harry Hole de Jo Nesbo o el John Rebus de Ian Rankin. Su vida personal sí que es algo desordenada, pero al modo ligero que lo es la de Salvo Montalbano, de Andrea Camilleri, no con el trasfondo dramático de la de Kurt Wallander, de Henning Mankell. En la resolución de los casos apenas hay disparos o acción, y los propios asesinatos no suelen -hay excepciones- ser baños de hemoglobina ni imaginativas formas de tortura, como ocurre con Harry Hole o el Charlie Parker de John Connolly, serie con la que comparte cierto placer por lo sobrenatural, aunque con formas de resolver las situaciones muy distintas. Adamsberg tampoco es un sibarita, lo que también lo aleja del Pepe Carvalho de Vázquez Montalbán, ni se apoya en las nuevas tecnologías y métodos de investigación, como sí pueden hacer los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, de Lorenzo Silva. Lo que une al comisario de Fred Vargas con muchas de las series policiacas de éxito es que es un espíritu libre, incomprendido hasta por sus colaboradores más cercanos (como Harry Bosch, de Michel Connelly; Rebus, Hole, incluso el Mario Conde de Leonardo Padura). Los crímenes que a los que se enfrenta tienen, prácticamente siempre, raíces en el pasado, a veces, en uno muy lejano, y están motivados por la venganza, en la más pura tradición literaria francesa, desde "El conde de Montecristo", de Alejandro Dumas, al "Nos vemos allá arriba", de Pierre Lemaitre, el otro gran autor de novela negra francés, más amigo de las vísceras y el despiece de carne que Fred Vargas. Los mitos y leyendas tienen también un peso importante en las tramas, si bien acaban siendo superados por la realidad, que acaba demostrando que, en parte, fueron creados y difundidos por el poder para atemorizar y mantener sometida a la población, aprovechándose de su incultura y su inseguridad. (¿Les suena de algo en los tiempos de la posverdad?).

De la docena de obras en las que el protagonista es Adamsberg, nueve son las que arman el esqueleto de la serie. A medida que la saga avanza, las novelas van ganando en complejidad, densidad e intensidad. La historia y su repercusión en la actualidad es lo que permanece inalterable.

"El hombre de los círculos azules". El arranque de la serie, en la que Adamsberg, recién llegado a París desde su comisaría de provincias, se interesa por la aparición, dentro de unos círculos pintados con tiza azul, de algunos objetos: mecheros, chapas... Nada importante, hasta que un día aparece una mujer asesinada. Entre los personajes que aparecen, una oceanógrafa, un taxidermista ciego y un bizantinista: animales, actividades y profesiones en declive y la historia, siempre la historia, tres de las constantes en la obra de Vargas.

"El hombre del revés". La licantropía es el eje en el que gira la novela. El retorno del lobo a los pueblos de los Alpes, la aparición de muertos a dentelladas, el conservacionismo y los problemas de la vida rural, las leyendas, el hombre del revés, "el hombre lobo no tiene vello, ¿sabes por qué? Porque lo lleva por dentro".

"Huye rápido, vete lejos". La tesis doctoral de Fred Vargas se tituló "Los caminos de la peste". Y este libro pone al lector precisamente en este sendero, el del posible retorno de la peste negra a París, el papel de la religión en la cultura popular, "durante miles de años nadie puso en duda que la peste había sido enviada a la Tierra por Dios en persona, en punición de nuestros pecados", explica un personaje en la novela. Como curiosidad, otro autor francés actual, Patrick Deville, noveló en "Peste & cólera" la vida de Alexandre Yersin, el médico que descubrió el bacilo de la peste y cómo poner coto a esta enfermedad en 1894. Desde entonces, el nombre científico de la enfermedad, que se calcula mató a 50 millones de personas en Europa sólo en el siglo XIV, es "Yersinia pestis".

"Bajo los vientos de Neptuno". El primer caso internacional de Adamsberg. En un viaje para conocer nuevas técnicas de investigación a Canadá, un asesino al que el comisario no ha podido desenmascarar reaparece desde la tumba. Caciquismo, la herencia del feudalismo, el mito del "otro", del contrario, de la Némesis. Los viejos métodos policiales contra los nuevos, el ADN, las bases de datos, las omnipresentes cámaras de seguridad. La vieja Europa frente al espejo, ante la nueva y pujante América. "No tenemos historia, pero tenemos geografía", afirma un agente canadiense.

"La tercera virgen". Fantasmas, el poder de la fe y de la religión, materializada en las viejas reliquias para engañar y mantener el orden social a lo largo de los siglos, ancestrales rituales de caza normandos, sangre de vírgenes... y una enfermera asesina que se ha fugado de la cárcel y busca venganza. La novela gótica de la serie del comisario Adamsberg.

"Un lugar incierto". Tras abordar la licantropía, le llega el turno al vampirismo. La vida eterna, el mal, el ser diferente y no seguir las reglas como estigma a lo largo de los siglos. Adamsberg, de convención policial en Londres, se entera de que en un cementerio han aparecido 17 pies cortados, todos dentro de sus zapatos. Poco después, ya en Francia, un viejo aparece despedazado. Ambos sucesos pueden estar vinculados, y las pistas acaban trasladando la acción hasta un pequeño pueblo de Serbia, donde las costumbres y creencias medievales siguen muy presentes...

"El ejército furioso". Una versión francesa de la "Santa Compaña" que tiene a un ejército de muertos como protagonistas. La superstición como eje de la novela y, de nuevo, el caciquismo en los pueblos como método para ejercer el poder. Vargas vuelve a poner a Adamsberg camino a Normandía, la tierra natal de la autora.

"Tiempos de hielo". Un suicidio que no es lo que parece. Un club de admiradores de Robespierre, que se reúnen para recrear los momentos estelares de la Revolución francesa. Una expedición a Islandia, antes de que se convirtiese en un destino y un país de moda, que acabó en tragedia. La mitología nórdica da la mano a la Ilustración. El saber científico y el popular juntos hasta llegar a una isla desolada cerca del Ártico...

"Cuando sale la reclusa". La hasta ahora última novela de Fred Vargas salió a la venta en España el pasado mes de febrero. Según la crítica, su libro más logrado. Historia y costumbres medievales vuelven a protagonizar el nuevo caso de Adamsberg. Varios ancianos aparecen muertos en distintas partes de Francia por el veneno de una araña, la reclusa, un arácnido venenoso pero no lo suficientemente agresivo ni fuerte como para matar a una persona. La investigación lleva al inspector al Sur, a Nîmes, donde sale a la luz una vieja trama de acoso escolar, violencia machista y antiguas costumbres religiosas para expiar los pecados.

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