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Multinacionales de un solo hombre

Neymar y Cristiano Ronaldo encabezan la burbuja de un mercado futbolístico que en lo que va de siglo ha movido cifras que equivalen a la cuarta parte del producto interior bruto de Asturias

Neymar. EFE

Que el fútbol es un negocio es un axioma y la máquina de hacer dinero son los futbolistas. En lo que va de siglo se han realizado los cien fichajes más caros de la historia del fútbol. Los clubes más poderosos del mundo se han gastado cerca de 6.000 millones de euros, casi la cuarta parte del producto interior bruto (PIB) asturiano, que según el Instituto Nacional de Estadística (INE) es de 22.708 millones de euros. Cifras que van desde Neymar, que encabeza la lista con los 222 millones de su traspaso del Barça al PSG el pasado verano, a Mario Gotze, cuya salida del Borussia Dortmund costó al Bayern de Munich 37 millones de euros.

En los últimos nueve años se han producido los diez fichajes más caros de la historia del fútbol. Son 1.212 millones de euros que hablan de "la burbuja del fútbol", que no tiene visos de pinchar.

La Juventus está cerca de cerrar el traspaso de Cristiano Ronaldo, el máximo goleador de la historia del Real Madrid, por cerca de 100 millones de euros, seis más de lo que le costó a Florentino Pérez en 2009. Esta operación puede desatar otra escalada de sumas mareantes en el mercado. Si el actual "Balón de Oro" cambia Chamartín por Turín, el Real Madrid se lanzará en busca de otro crack que supla el boquete que deje el luso. Quizá, Neymar, a quien el Paris Saint-Germain ni siquiera se atreve a tasar.

La influencia de Ronaldo se ha trasladado al mercado de valores italiano. En lo que va de semana, las acciones de la Juve se encarecieron un 33%. El viernes el pico fue tan alto -un 7%- que la Comisión Nacional para las Sociedades y la Bolsa (CONSOB), que regula este mercado financiero, se interesó por la subida.

El origen en estas negociaciones pecuniarias está en 1950. El galés Trevor Ford fue el primero en "reventar el mercado" cuando cambió el Sunderland por el Aston Villa. En su día, costó lo que hoy sería un millón de euros. En 1973 traer a Cruyff del Ajax, después de haber ganado tres Copas de Europa seguidas, le valió al Barcelona lo que equivale actualmente a 15,5 millones de euros. Más recientemente, Zidane, en 2002, marcó un umbral que tardó nueve años en superarse: 77 millones de euros pagó el Madrid a la Juve.

Ni Cruyff ni Zidane volvieron a ser tan caros, ni generaron los pingües beneficios en marketing que aseguran hoy Ronaldo o Neymar.

Cuando el astro brasileño desembarcó en París, la Ciudad del Amor se enamoró. En una hora el PSG ganó alrededor de 825.00 euros en venta de camisetas, a 165 euros la unidad. CR7 no se queda atrás. En 2014 el diario alemán "The Bild" publicó que el portugués había vendido más equipaciones del Madrid que toda la plantilla del Bayern de Munich junta. El luso ganó por goleada en una guerra de un solo hombre: un millón de prendas frente a las 880.000 camisolas bávaras. Entonces, el Bayern era el campeón de la Copa de Europa. Ahora, sin cerrarse su fichaje, circulan en el mercado negro camisetas de la Juventus con el "7" a la espalda.

Según la revista "Forbes", Cristiano Ronaldo, Messi y Neymar están entre los diez deportistas mejor pagados de todo el planeta en 2018. El argentino percibiría al año 111 millones de dólares; el portugués, 108 millones de dólares, y el brasileño, con sólo 26 años, 90 millones de dólares. Los sueldos que les pagan sus clubes son sólo una pequeña parte de su inmensa riqueza. El Barcelona paga a La Pulga 40 millones de euros; el Madrid, al genio de Funchal 21 millones de euros, y el PSG, a "Ney" 36 millones de euros.

Los futbolistas son ya empresas en sí mismos. Nada de lo que hacen es baladí. Neymar es un activo usuario de redes sociales como Instagram. El delantero de la Canarinha suele publicar vídeos de sus fiestas, en las que no falta una partida de póquer con una conocida marca de juego en la red. Se estima que por cada foto que sube Neymar a esta red social, el jugador cobra cerca de medio millón de euros. La locura de ingresos es tal que se puede afirmar que Neymar cobra hasta por echarse la siesta. Y es que si el crack durmiera una hora se despertaría 4.000 euros más rico.

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