España ha registrado ochenta olas de calor desde 1975, casi dos por año. Se entiende por ola de calor el mantenimiento -al menos durante tres días seguidos- de temperaturas superiores a la media de un determinado periodo de tiempo, tomando los datos de las 131 estaciones meteorológicas de referencia distribuidas por toda España (tres de ellas se encuentran en Asturias: Oviedo, aeropuerto de Asturias y Taramundi).
La temperatura histórica más alta en España nos sitúa en los 48 grados. Llegaron a ellos Totana (Murcia), en julio de 1994, Utrera (Sevilla) y Montoro (Córdoba), en julio del año siguiente. En capitales de provincia encontramos 47,2 grados en Murcia (1994).
En Asturias la máxima histórica se registró en Mieres, en julio de 2016, con 38,1 grados. Oviedo y Gijón tienen una máxima idéntica, pero registrada en dos momentos distintos: 36,6 grados. En Oviedo, en 1988 y en Gijón en 1998. Son datos oficiales, no hay que fiarse de los termómetros callejeros, que van por libre y son, en general, poco exactos.
En todo caso, muy lejos de lo que los meteorólogos documentan como la mayor temperatura registrada en una estación homologada: 54 grados en la localidad iraní de Ahraz, al suroeste del país, con una sensación térmica de más de sesenta grados.
