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La arquitectura que peina al viento

La innovadora, estética y eficaz barrera diseñada por Abel Alonso para frenar los efectos del aire en el arrastre de carbones en la explanada de Aboño recibe el premio "Asturias" del Colegio de Arquitectos

La respuesta estaba en el viento o, más concretamente, en cómo frenarlo de una manera económica, innovadora e inteligente. El arquitecto Abel Alonso González recibió el viernes el XXIV Premio "Asturias" del Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias por su proyecto de pantalla de protección contra el viento en la explanada de Aboño, en las instalaciones portuarias de El Musel. El objetivo, en un área donde se acumulan carbones, era evitar que el aire dispersara material por la zona. El jurado distinguió este diseño porque, "además de su calidad paisajística y arquitectónica", reconoció en la obra "un alto valor de investigación". La pantalla, un nuevo sistema patentado, consiste en la repetición de elementos prefabricados de hormigón armado, coloreados en masa y dispuestos en doble barrera. Este sistema "es fruto de una transferencia de conocimiento del campo académico al profesional, que resuelve de manera propositiva, eficaz y brillante, la complejidad de los problemas implicados en el encargo". El jurado, en su acta, subraya también que "se aprecia el trabajo de un equipo pluridisciplinar que, con una estrategia inteligente y sensible, ha construido una arquitectura con mayúsculas, desde la sencillez y la atención a problemas reales que afectan a los ciudadanos". Esta obra también resultó premiada en la categoría "Otras arquitecturas", en la que se otorgó un accésit a la página web Arquitecturadeasturias.com.

En la categoría de edificación, el proyecto galardonado fue la rehabilitación de la antigua Escuela de Comercio de Gijón, un edificio original de Manuel del Busto, de 1911, recuperado por los arquitectos Javier Uría de la Fuente, María López de Castro, Mónica Costales, Ramón Ruiz Fernández y Jorge Alonso Nicieza. El jurado reconoce la "gran calidad arquitectónica" de la intervención para revalorizar "un edificio de un arquitecto y un periodo significativo en la historia de la arquitectura asturiana" conjugando "el respeto a lo existente y la contemporaneidad de la intervención". En esta categoría, se otorgaron dos accésits al proyecto de vivienda unifamiliar aislada "Cabaña Z", de José Ángel Vior Alonso, y a la vivienda unifamiliar ubicada en Pancar (Llanes) diseñada por Ester Roldán y Víctor Longo Valdés. En el primer accésit el jurado valoró "el adecuado control de la escala en esta pieza en la rasa costera de Tapia, así como un preocupación por los aspectos económicos, técnicos y constructivos". Para conceder el otro accésit, los integrantes del jurado valoraron "la acertada implantación en la parcela, en un entorno muy construido, así como la calidad de los espacios en su relación interior-exterior".

Este año, como novedad, dentro de los premios de arquitectura del Colegio Oficial de Arquitectos se otorgó un premio del público, elegido gracias a los votos de los lectores en la edición digital de LA NUEVA ESPAÑA. El proyecto ganador, entre diez obras preseleccionadas, fue el de las 117 viviendas de protección oficial en Mieres, obra de Pedro Quero Motto y Susana Solís García. Se recibieron 6.539 votos y el más votado recibió 1.620, un 25% de todos los apoyos registrados en la web.

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