El anunciado cierre irreversible de la fábrica avilesina de aluminio de Alcoa, así como el reciente incendio en las Baterías de Coque de Arcelor-Mittal ubicadas en terrenos de la antigua cabecera de la siderúrgica traen al centro del espacio de la actualidad -además de cuestiones sangrantes sobre el futuro de sus puestos de trabajo y otras vinculadas a la anterior sobre la política energética y el coste de la energía en España- el peligro de desaparición por falta de destino funcional como industrias en activo de dos ejemplos señeros del patrimonio histórico industrial de Asturias.
Mucho nos tememos que Avilés y su comarca sufrirá de nuevo pérdidas muy notables en el corpus patrimonial de su historia industrial, una vez que desde las diversas instancias locales y regionales no se haya sido capaz de salvar alguno de los 4 hornos altos de la cabecera siderúrgica ni impedir el arrasamiento general de la misma con pérdidas tales como la central térmica, entre otros elementos industriales de relevante interés.
Consideraciones diversas pueden aplicarse a ambos casos -Alcoa y Baterías- dada su distinta naturaleza patrimonial y procesal en la actualidad.
Así, entre las instalaciones de la fábrica de aluminio se encuentran las dos naves de electrolisis y la nave de fundición, edificios todos ellos de notables dimensiones, el tercero de los cuales es obra del ingeniero Carlos Fernández Casado. Su inclusión en el Registro Industrial de la Fundación Docomomo Ibérico debería ser argumento suficiente para evitar cualquier planteamiento que conduzca a su desaparición por demolición y achatarramiento o que los aleje de unas políticas de sostenibilidad y reutilización para nuevos usos industriales o de otra naturaleza.
En su diseño se encuentran la armonía de seguridad y economía, de claridad y sencillez, de resistencia y regularidad. De utilización de lo racional, la reducción a lo esencial y la búsqueda de lo imprescindible como imperativo del resultado.
Cuestión diferencial encierran las instalaciones de las Baterías de Coque, apoyo esencial de la antigua cabecera para generar el material de utilización en los hornos altos para la producción de arrabio. Su estado de conservación se ha visto afectado por un reciente e importante incendio que podría acelerar los planes de cierre previstos para la nueva década.
Se trata de un conjunto industrial de grandes proporciones y del que un recorrido por sus proximidades nos sitúa ante un paisaje industrial de impresionante belleza y que nos recuerda alguna otra batería de coque felizmente recuperada entre las europeas. Nos referimos a la de Zollverein, en Essen, Alemania, y de las que aportamos una foto reciente donde podemos afirmar que una imagen vale más que mil palabras.
Como en el caso anterior, tratan estas líneas de hacer pensar a la sociedad civil asturiana y avilesina que hay algo más que hacer que cerrar las instalaciones cancelando los efectos negativos sobre el medio ambiente y proceder a su derribo para recuperar su suelo como industrial para nuevas actividades "limpias".
La posibilidad de conservar las baterías como un paisaje industrial no debería de descartarse cuando podríamos estar ante la gran ocasión de corregir al menos en parte el latrocinio perpetrado con la antigua cabecera siderúrgica.
Es preciso creer en la esperanza de que la sociedad asturiana, su ciudadanía y sus políticos no vuelvan a caer dos veces en la misma piedra y preserven este legado patrimonial que son sus Baterías de Coque y que les entronca con los más importantes paisajes europeos del patrimonio histórico industrial.
