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La mirada del arquitecto

El Paraguas de Pola de Siero, la magia del hormigón

Ildefonso Sánchez del Río firmó en 1971, pese a su avanzada edad, el diseño de un mercado de ganados innovador, avanzado a su tiempo

El Paraguas, al poco de terminarse. ARCHIVO MUNICIPAL DE SIERO

El paraguas octogonal de Ildefonso Sánchez del Río de Pola de Siero es lo único que queda en pie de todo el conjunto que formaba el antiguo Mercado Nacional de Ganados. Encargada en 1971 por Ayuntamiento de Siero, la obra se ejecuta un año después, con urgencia por necesidades perentorias, proyectada y dirigida directamente por su autor, a pesar de su avanzada edad.

El conjunto estaba formado por un grupo de paraguas de estructura laminar, tres de planta cuadrada y 20 metros de lado, que formaban una hilera más al oeste del solar, y otro independiente de mayores dimensiones y planta octogonal que alcanza los 40 metros de diámetro, apoyado sobre un pilar central. La configuración de esta cubierta, de gran impacto arquitectónico, dota al paraguas de un aspecto y una estética destacados, que hace que, por sí solo, nos encontremos ante un espacio generador de entorno urbano. Además, su osadía estructural la convierte en una joya de la arquitectura del siglo XX, con carácter monumental.

El paraguas octogonal se convirtió en el de mayor tamaño construido hasta la fecha. Una curiosidad: cubre una superficie de 1.250 metros cuadrados, "un día de bueyes", que es el mismo terreno que era capaz de arar una pareja de bueyes en un solo día. No podía ser de otra manera: esa era la dimensión que debía alcanzar, íntimamente ligada al uso para el que fue proyectado.

Veamos alguna cuestión técnica. La estructura se formaliza a través de ocho nervios radiales de sección rectangular, a modo de varillas de un paraguas convencional, que soportan una finísima lámina de hormigón armado de apenas 3,8 centímetros de espesor, que se asimila a la tela del paraguas. En el extremo más largo del triángulo, está lámina alcanza los 15 metros de lado.

Las costillas radiales se apoyan en un pilar central de sección circular, que en su origen tuvo sólo 90 centímetros de diámetro, y que sufrió daños ocasionados por una fortísima tormenta de viento. Tras la acertadísima obra llevada a cabo en 1990 por el ingeniero Aníbal Pérez Guerrero, se aumentó hasta los 120 centímetros, conformando una camisa concéntrica exterior que anula estructuralmente el antiguo pilar.

Recientemente, en 2016, debido a un gran deterioro de las láminas de hormigón armado causado por la carbonatación del acero, se llevó a cabo su segunda rehabilitación, por el equipo formado por los arquitectos Robert Bufrau Niubó y Jordi Payola Lahoz y los ingenieros de caminos Antonio Aguado de Cea y Albert de la Fuente Antequera. Este equipo, experto en el cálculo de estructuras y compuesto por profesionales que conocen a la perfección la obra de Sánchez del Río, estuvo apoyado en la dirección facultativa por los técnicos del Ayuntamiento de Siero. Con ellos, aprendimos a comprender "la magia que hay en esta estructura". Vimos, por ejemplo, cómo la finísima lámina que une los nervios en realidad no es plana, sino que tiene una forma que se asemeja a la catenaria, lo que provocó que una estructura que en su perímetro aparentemente tenía forma ortogonal, con el paso de los años y debido a las deformaciones producidas, ahora parezca una circunferencia.

Esta es la gran contribución de Sánchez del Río a la ingeniería española: su propio método de diseño de cubiertas de hormigón armado "que está basado en la utilización de formas geométricas susceptibles de ser construidas". Como él decía, "las estructuras había que hacerlas sencillas y fáciles de calcular"; si bien El Paraguas es una obra compleja y llena de valentía. Era impresionantemente intuitivo y avanzado a su tiempo. El catedrático de caminos Javier Manterola recordaba una frase de otro de los grandes, Carlos Fernández Casado: "El cálculo es muy poco importante, lo importante es la experiencia y la intuición de la resistencia". Manterola, años más tarde, califica a Sánchez del Río de "autodidacta, intuitivo y osado, y en ese atreverse reposa el enorme ejemplo de su personalidad en cuanto a la resistencia de las estructuras que hemos recibido con su obra".

El Paraguas merece reconocimiento, no solo porque su tamaño fue innovador, sino también por su aportación formal y tecnológica. Este tipo de piezas fue una constante en la obra de Sánchez del Río: cubiertas exentas de cerramiento y con atrevidas formas con mínimos gruesos. Así, levanta estructuras inmensas, pero logra convertir unas obras menores como el paraguas de la plaza de la Leche, en Oviedo, en un pequeño hito urbanístico: la plaza del Paraguas, en el casco histórico. Las obras menores de Sánchez del Río son definitivamente obras mayores.

Las dos últimas obras de Sánchez del Río -el Palacio de los Deportes de Oviedo y los Paraguas del mercado y la plaza cubierta de Pola de Siero- culminaron su máximo anhelo, "la construcción de cubiertas de hormigón armado de grandes luces".

El Paraguas, antiguo mercado de ganados de Pola de Siero

Dirección: C/. Ramón y Cajal, Pola de Siero. Siero.

Año: 1972

Arquitecto: D. Ildefonso Sánchez del Río Pisón (1898-1980), ingeniero de Caminos, Canales y Puertos.

Obra elegida por: María José Fernández Fernández, arquitecta por la Escuela Técnica Superior de Valladolid. En la actualidad es arquitecta municipal el Ayuntamiento de Siero.

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