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La mirada del arquitecto

El museo de la luz

La reforma del Bellas Artes, obra de Francisco Mangado, ofrece una bella armonía en constante diálogo con el centro histórico de Oviedo

El museo de la luz

El Museo de Bellas Artes de Asturias (BB AA) diseñado por el arquitecto Francisco Mangado (Navarra ,1957) fue inaugurado en 2015, tras haber sido lanzado a concurso en 2007. Como ganador del concurso, el equipo de Francisco Mangado ha tenido la inmensa capacidad de crear una propuesta en constante dialogo con el centro histórico de la ciudad de Oviedo, su catedral y sus habitantes, en donde la belleza se encuentra en una armonía heterogénea.

El edificio surge de un estudio previo del entorno global de la actuación, que incluía una serie de edificios situados en el casco histórico de Oviedo: el palacio de Velarde (1765), la casa de Oviedo-Portal (1660) y la zona de ampliación. Dando lugar en su conjunto a 4.500 metros cuadrados expositivos de gran calidad arquitectónica y respondiendo a dos conceptos fundamentales en arquitectura, el de ciudad y el de organización interior.

Tras el análisis del conjunto urbano de actuación, sumamente complejo, dadas sus características, surgen dos ideas principales. En primera instancia, se opta por la conservación de las fachadas históricas preexistentes en la calle de la Rúa y la plaza de Alfonso II, y la alineación de las mismas, estableciendo una continuidad con la esencia del lugar y generando una "arqueología urbana viva" (Francisco Mangado). Dejando intuir tras sus huecos desnudos, sin carpinterías, una edificación resplandeciente y cristalina. Aportando, sin imposición, una nueva imagen para el museo. Generando a su vez un espacio único e indivisible entre la fachada histórica y la nueva fachada vítrea, y diluyendo el espacio entre dentro y fuera, entre calle y edificio. Este concepto de doble fachada permite introducir la visión de la ciudad desde el interior, convirtiendo los huecos en "miradores" de aluminio que atraen y explosionan la luz, a veces fría y escasa, de Oviedo; ejerciendo una función dual, hacia el exterior, mediante la "enmarcación" de las vistas y hacia el interior, captando la luz natural.

Respecto al espacio interior, se percibe la otra idea principal del proyecto, consistente en la incorporación del patio de manzana, el cual se constituye como un "pozo de luz" (Francisco Mangado), que a su vez es el responsable de la concatenación de espacios, aunando las preexistencias y fusionando los tres edificios. Este patio es, por lo tanto, el espacio central de comunicaciones y captación de luz mediante lucernarios en la edificación.

Ambos conceptos principales de la propuesta refuerzan el componente indispensable de la arquitectura, la luz. En definitiva, "la arquitectura es la ordenación de la luz" (Antoni Gaudí), que en este caso es tratada de manera magistral por Mangado, consiguiendo interactuar de forma difusa en el espacio interior y dotar a las obras de arte de una sensorialidad especial.

El BB AA aúna contexto, forma y contenido, por lo que es y será un emblema de la arquitectura asturiana y de la ciudad de Oviedo, demostrando una visión transformadora y un pensamiento innovador. Ha sido reconocido con el "RIBA Award for International Excellence" en 2016, destacado por el Royal Institute of British Architects como ejemplo de buenas prácticas arquitectónicas a nivel mundial. Siendo un fiel representante de la arquitectura de Francisco Mangado, siempre auténtica e intensa. Ayudando al fomento de una ciudad sostenible y resiliente, donde se promueva la cultura como factor fundamental de la sociedad.

Esta doble piel, este doble ser, esta dualidad, esta aproximación a la ciudad, este juego entre luz y sombra, entre llenos y vacíos, me llevan a citar a Goethe, ya que parece que esta doble fachada, así como la perfecta simbiosis entre historia y contemporaneidad son: "Dos seres que tanto se comprendieron que fundirse en un solo ser decidieran".

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