Pablo Álvarez

Princesas y miopías

Tres son las grandes obras humanas contemporáneas que dan valor añadido a Oviedo: el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, el Curso MIR y, por encima de todas ellas, los premios "Princesa de Asturias". Seguro que los Fernández-Vega están dispuestos a atender de forma gratuita a todos los gestores de lo público aquejados de miopía. Porque muy miope hay que ser para no ver que los premios "Princesa" son lo mejor que le ha sucedido a Asturias en el último medio siglo. Muy miope o muy sectario. Casi tan sectario como para no reconocer que la II República, pese a su brevedad, trajo avances relevantes en materia educativa y agraria. La miopía política es una forma de analfabetismo, pues impide leer la realidad de las cosas; al igual que el sectarismo impide trabajar en favor del interés general. Bien harían algunos políticos yendo a los Fernández-Vega y, acto seguido, promoviendo la dedicación de una calle a Jaime Baladrón, gran artífice del Curso MIR de Oviedo.

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