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Luis Ricardo Alonso... "con quien tanto quería"

Las lecciones memorables de un amigo

?que tenemos que hablar de muchas cosas, /

compañero del alma, compañero.

Miguel Hernández: "Elegía"

Este jueves, 29 de octubre, Javier Cuervo nos daba en LA NUEVA ESPAÑA la luctuosa noticia del fallecimiento el pasado domingo 25 del escritor Luis Ricardo Alonso.

Luis Ricardo había nacido en junio de 1929 en la casa familiar de San Juan de Parres a la que sus padres se habían trasladado temporalmente desde La Habana, con el fin de que Luis Ricardo naciera en ella, y de donde volvieron a partir hacia Cuba cuando apenas contaba con un año de edad.

En La Habana siguió sus estudios en el colegio Belén, centro de jesuitas donde coincidió con los hermanos Fidel y Raúl Castro, con quienes, años después, militaría -ya como abogado y periodista- en la resistencia contra la dictadura de Fulgencio Batista.

Tras el triunfo de la Revolución, Luis Ricardo Alonso fungió como embajador de Cuba en Perú, Noruega y Suecia y finalmente en Gran Bretaña, donde, en 1965, decepcionado con el carácter dictatorial del régimen de Castro, renunció a su cargo tras demandar públicamente el fin de las violaciones de los derechos humanos en Cuba.

Tras un breve paso por España, se instaló en Lancaster, Pensilvania, donde enseñó Literatura Española en el Franklin & Marshall College, del que, tras su jubilación, fue nombrado catedrático emérito. Desde entonces, retirado ya de la vida académica, alternaba su residencia habitual en Estados Unidos con largas estancias en Asturias, tanto en Oviedo como en su casa natal de San Juan de Parres.

Yo lo conocí a finales de 2006, con motivo de las conversaciones y trámites previos a la edición de "La segunda muerte de Cristo" (Madú, 2007), novela que supuso el cierre de una obra (publicada quiero decir, pues hay formidables textos inéditos) en la que se pueden encontrar títulos como "Territorio libre" (Richard Grandío, 1966); "El candidato" (Destino, 1970), finalista en el Premio Nadal en 1969; "Los dioses ajenos" (Destino, 1971); "El palacio y la furia" (Destino, 1977); "El supremísimo" (Destino, 1981) y "La estrella que cayó una noche en el mar "(Universal , 1995), premio "Asturias" de Novela.

Y fue a partir de la publicación de "La segunda muerte de Cristo" cuando tuve el privilegio de comenzar a tratarlo y a descubrir en él a un hombre de excepcional inteligencia, sincera humildad, fina ironía y elevadísima visión política, que tuvo la generosidad de honrarme con su amistad y de permitirme compartir con él momentos inolvidables en los que me dio, sin pretenderlo, lecciones memorables de literatura y vida. La última durante el almuerzo que compartimos en Oviedo, en el verano de 2012, en la que fue su última visita a Asturias.

Gracias, Luis Ricardo.

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