Oh, Bening

Con un reparto en el que tienes a Annette Bening, Elisabeth Moss, Mare Winningham y Brian Dennehy, un presupuesto holgado y el texto de Antón Chéjov como fuente de inspiración hay que ser muy torpe para no hacer algo digno. Y Michael Mayer no es precisamente un genio pero tiene la humildad suficiente y el oficio necesario para dejar que las cosas fluyan sin entrometerse, da a sus intérpretes espacio suficiente para que desarrollen su talento y permite que las palabras del maestro ruso se adueñen de la pantalla en una adaptación tan respetuosa como previsible. Y Bening está extraordinaria, pero esto también es previsible.

Compartir el artículo

stats