Párroco de Rañadorio

Las verdaderas imágenes de Dios en Rañadoiro

En respuesta al expresidente Rodríguez-Vigil y a todos los que han opinado "injustamente" sobre la restauración de las imágenes de la capilla tinetense a cargo de una vecina de la zona

La tolerancia es fundamental para la vida,

para evitar riñas innecesarias.

Arthur Schopenhauer, "Aforismos sobre el arte de vivir"

Pasado el tiempo y visto que hasta el expresidente D. Juan Luis Rodríguez-Vigil Rubio habla de Rañadoiro; por alusión me veo en la obligación moral de replicarle.

Previamente decirle que parece increíble que una persona como usted, integrante del RIDEA, haga afirmaciones sin contrastar con la fuente original y guiándose presuntamente por lo dicho en distintos medios. Por eso, desde el respeto, le puntualizo:

En primer lugar, la restauración de dicha capilla aconteció hace más de un año. Desde entonces ha habido oficios religiosos en dicho lugar. Es extraño que un año después se produzca todo este revuelo, y no antes. Ello da que pensar? En segundo lugar, la restauración de las imágenes es una parte integrada en el todo de la restauración de la capilla. Usted comete un error de bulto dado que reduce el todo a la parte. Esa restauración parte de la iniciativa del pueblo, vía sextaferia, y es sufragada íntegramente con el pecunio personal del pueblo, el cual en un gesto de sensibilidad hacia mi trabajo pastoral que abarca quince parroquias más diversas capillas, decide emprender esta tarea gratia et amore y liberarme a mí de cargas anexas a esta obra. Sr. Vigil, donde usted califica como desmán la noble y recta intención de mi feligresa, no hay más que abnegación y devoción de esta mujer, como del resto del pueblo, por mantener adecuado, digno y decente su lugar de culto a Dios.

Sr. Vigil, hace usted una serie de juicios de valor que me parecen improcedentes de una persona de su relieve político; y los hace desde el más absoluto desconocimiento. Ese desconocimiento es el que hace que su texto sea atrevido; y eso hace que usted vaya no dejando en demasiado buen lugar a las personas del noble pueblo de Rañadoiro para el que yo solo tengo palabras de agradecimiento y reconocimiento. Me resulta escandaloso que sin conocer a doña Marisa tenga el atrevimiento de describirla al parecer como una sedicentemente piadosa vecina. No, Don Juan Luis, no. Doña Marisa es una vecina piadosa que no se cree ni restauradora, ni se adjudica tal título ni nada parecido, lo cual si lo hace una persona sedicente. Doña Marisa le puedo garantizar es una persona sensible, humilde, generosa en el esfuerzo; puede que no tenga unos conocimientos básicos sobre arte, y de la pintura de la misma, pero tiene una sensibilidad hacia esas imágenes que no la han mostrado los que entiendo son responsables últimos de la conservación de las mismas, a saber, el Principado (al que igual debería usted dirigir sus afirmaciones). No, no es un aprecio torpe por la devoción a las imágenes como usted, una vez más y desde la ignorancia, indica. ¿Cómo se atreve a emitir tal juicio?

Sobre esa piedad populista y ese populismo del que habla como justificante de la acción que lleva a cabo mi feligresa, vuelve a errar. El populismo, aplicado en este caso a la religión, a la piedad da a entender que en Rañadoiro se vive la fe "ad libitum", como la gente quiere y que se transige con todo lo que el pueblo quiere. No, en Rañadoiro se vive la fe con intensidad, se lo puedo asegurar, y con frescura; y con respeto a las normas de la Iglesia, de modo que el pueblo fiel de Rañadoiro es eso, fiel a su parroquia, a sus imágenes. Por tanto, esa afirmación gratuita la hace Vd. una vez más desde la ignorancia porque no tiene ni la más remota idea de cómo son los vecinos de Rañadoiro.

Señor Vigil, respecto de lo que es mi primordial responsabilidad y ocupación, vuelve a embarrarse. ¿Tiene usted idea cuál es la llamada por usted primordial obligación de un sacerdote? Yo le ilustro gratis, no se preocupe: celebrar la Santa Misa, ceremonia que rememora el momento clave de nuestra fe. Esa es mi primordial ocupación, y al mismo tiempo ocuparme de las imágenes de Dios, esto es, de las personas. Sí, Don Juan Luis, de las personas como usted de carne y hueso, no imágenes de madera de hace cinco siglos. Y procuro ocuparme y preocuparme por todos y cada uno de ellos.

Señor Rodríguez Vigil, esa cultura o subcultura como usted la llama yo no sé si debe ser erradicada o reconducida, no soy ningún experto, pero lo que tengo meridianamente claro es que no corresponde a ningún medio de comunicación, ni tan siquiera a la TPA, la tarea de educar a la población. Mire usted, esa tarea es ocupación esencial de la escuela, de los Institutos, y de la Universidad, pese a que esta última institución que tiene tan altísima responsabilidad, parezca en estos últimos tiempos convertida en una ramera babilónica por políticos de diverso signo y no políticos. A los medios de comunicación les corresponde otra responsabilidad social y moral que es la de informar de los aconteceres cotidianos desde la verdad, la objetividad y el desapasionamiento, y esto a veces no ocurre, como entiendo que no ha ocurrido en esta ocasión.

Dice Cor.13 "el amor (?) no lleva cuentas del mal"; y visto el poco amor con que ha tratado a mi feligresía; he de interpelarle a su periplo presidencial cuando tuvo que dimitir por el triste caso "Petromocho", y le recuerdo la reprobación de la Junta General del Principado por "no haber actuado como valedor de los intereses de los asturianos" (sic). Es evidente que siempre habla quien más tiene que callar. Con estos precedentes ¿se siente usted con autoridad moral para juzgar a mi feligresía, a mí mismo, a mis superiores y reprocharnos que no velamos por el patrimonio de la Iglesia y, por consiguiente, de todos los asturianos? ¿Lo dice usted al que reprobaron por no ser valedor de los intereses asturianos? Es más, aquel caso dio para que se hiciera una lectura compasiva y misericordiosa que le reproduzco para ilustración y refresco de su memoria, pues el entonces secretario general de la FSA dijo: "Las personas responsables de esta cuestión obraron de buena fe. Si no, no se entiende que se haya producido en la campaña electoral. Esto corrobora que la actuación del responsable de la negociación, puede que haya sido errónea, pero sincera e ilusionada" (sic).

Ya que recibió buena dosis de misericordia y comprensión debería haber tenido misericordia y comprensión suficiente para administrarla al prójimo suyo. Descalificativos del tipo "sedicentemente piadosa", "torpe aprecio popular", "piedad populista", "desmán", "autora del desaguisado", "espantajos", "esperpento", amén de sus sugerencias petitorias de sanciones disciplinares, y de suspensiones de exenciones fiscales para la Iglesia; demuestra usted con su actitud una total esclerocardia, propia de los duros de corazón.

Y para concluir, Don Juan Luis, sobre el "cambio de tercio" que hace usted ad hoc en su última intervención en la que enlaza forzadamente dos ideas que nada tienen en común, cuales son la de retirar la exención del IBI a la Iglesia con la responsabilidad del mantenimiento del patrimonio cultural le diré sencillamente que es un absurdo en sí mismo, explicable en el axioma V que recoge Baruch Spinoza en su Ética, al que le remito.

Lamento profundamente que se haya encolerizado; y por ello le invito a que eche un vistazo a las recomendaciones de mi tocayo Schopenhauer sobre el arte de vivir para no discutir ni reñir, ni encolerizarse.

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