A vuelapluma

La ciencia cautelosa

Conviene desconfiar de los soberbios en todas sus variantes, pero de forma especial de aquellos que se hinchan a costa de sus logros intelectuales o en el ámbito del conocimiento. La honestidad en el terreno del saber impone reconocer con cautela socrática que se ignora más de lo que se sabe, por más que esto último sea mucho. Svante Pääbo es alguien en quien se puede confiar. El hombre que consiguió romper la conjura del tiempo contra la escritura básica de la vida no da respuestas cerradas y asume las limitaciones de la ciencia incluso en pretensiones tan elementales como la de clasificar el mundo con precisión. Muestra con su actitud que el científico, pese al rigor y a la apariencia de solidez, está desnudo frente a la amenaza permanente de la refutación, ante lo que se recomienda humildad aunque uno haya entrado ya en la historia de la ciencia.

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