Testigo de encargo

Dos en la carretera

El viaje es un tema recurrente, que ha sido empleado con frecuencia como fundamento narrativo en infinidad de películas. En el cine se nos presentan muchas formas de viajar, incluso sin que exista un desplazamiento físico de los personajes, estos acaban por realizar un viaje, ya sea espiritual o de autodescubrimiento. Una de las premisas que suelen manejarse en talleres que tratan valientemente de explicar algunos aspectos de la teoría en la escritura de guiones, indica que el protagonista debe ser objeto de una peripecia que le cambiará para siempre, a la conclusión de esta ya no será la misma persona. Esta noción de viaje como elemento transformador proviene de la cultura clásica y se ha ido adaptando con el transcurrir de los siglos. En la programación del FICX hay varias películas que nos invitan a viajar por territorios tan dispares como la Indochina en guerra de "Les confins du monde" o la Asturias de la revolución del 34 con "Cantares de una revolución". Otro tipo de viaje muy diferente es el que nos plantea "La caótica vida de Nada Kadic", cinta a competición dentro de la sección Rellumes, que supone el debut en el largometraje de su directora Marta Hernaiz Pidal. Esta historia, a medio camino entre la ficción y el documental, está protagonizada por Nada y su hija Hava, madre e hija también en la vida real. La directora se cuela en sus vidas para elaborar un relato de supervivencia y amor incondicional alejado de cualquier épica, la madre se ocupa de cuidar ella sola de su hija mientras trata de poner un poco de orden en su vida. No hay un ápice de tristeza ni de resignación en ellas, a pesar de que las cosas podrían ir mejor, Nada es una mujer fuerte que se sobrepone a todo. Una forma de tomar aire y volver a comenzar para ella es hacer un viaje con su hija, un regreso a sus orígenes para tomar impulso y seguir luchando con alegría. Una película valiente, como lo son sus dos protagonistas.

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