Tras el éxito de una primera entrega en la que "Rocky" daba un paso atrás y pasaba a ser maestro de una nueva promesa del ring, la nueva saga entronca con la antigua repescando al temible Ivan Drago para plantear un duelo entre hijos a la vez que se prepara una despedida honrosa al personaje de Stallone con variaciones sobre la paternidad y la redención que no son precisamente originales. Al igual que la primera entrega, Creed II mantiene un óptimo nivel narrativo sin caer en fanfarrias ni épicas excesivas, pero sin elemento sorpresa que disfrutar.
El responsable de la estimable Moonlight demuestra su sensibililidad y talento para la caligrafía emocional en una historia sencilla de amor y conflictos raciales que da mucho juego como material narrativo de armazón poético. Jenkins imparte un curso de honestidad creativa y demuestra cómo la mirada de un director puede convertir elementos en apariencia básicos en mimbres para una construcción dramática habitada por la sinceridad, la emoción y, en algunos momentos, una desgarrada belleza
