Crítica / Teatro

"Mamá, voy a morir", palabras que rompen el alma

La interpretación de Carmen Maura y Félix Gómez en "La golondrina" emociona al Jovellanos

Después del estreno en el Real Coliseo de Carlos III de San Lorenzo de El Escorial y comenzar la gira por ciudades como Avilés, Granada, Valencia y Alicante, Félix Gómez y Carmen Maura se subieron a las tablas del Jovellanos con el vuelo de "La golondrina", bajo la dirección de Josep Maria Mestres.

Guillem Clua, uno de los dramaturgos más innovadores de la escena nacional actual, es el encargado de dar palabras a Ramón, un joven que busca a Amelia, profesora de canto, para tomar clases de técnica vocal y así poder cantar en el memorial de su madre. Ambos personajes se encuentran bajo lo que parece ser una casualidad, para poco a poco ir descubriendo que comparten algo que les hace humanos, el dolor. Un discurso cargado de intensidad, donde Lorca tiene cabida, pero que utiliza como recurso un humor ligero para acomodar la acción, generando la sonrisa entre los espectadores.

A las 20.36 caen las luces y comienza la función con un texto inspirado en el ataque terrorista del bar Pulse en Orlando (EE UU) en junio de 2016, donde también se oye el eco de las tragedias sucedidas en la sala Bataclan de París, el paseo marítimo de Niza y Las Ramblas de Barcelona.

"Mamá, voy a morir", repite Amelia varias veces dando voz a Daniel, protagonista ausente de toda la función y símbolo del dolor que vertebra la acción de la historia contada una noche de sábado en Gijón. Los personajes se sumergen en un diálogo constante que bajo su presencia escénica mantienen la mirada atenta del público deseoso de saber qué tienen en común y qué sentido le dan a los hechos acometidos bajo la mirada de ambos.

Con una puesta en escena realista, los intérpretes se mueven en un espacio enmarcado en el salón de la profesora de canto, donde a través de las ventanas se dibuja un cielo con nubes, metáfora del vuelo de "La golondrina". Con una escenografía perfectamente medida y elaborada por Alessio Meloni, una iluminación de Juan Gómez Cornejo, que bajo el color variable de las nubes texturiza, junto con la música realizada por Iñaki Salvador, el ambiente y la atmósfera creada entre Maura y Gómez.

Un hora y media de función donde al principio la baja proyección de los actores impedía oír con claridad lo que estaba sucediendo en escena, pero con una interpretación que, a medida que la obra avanzaba, iba creciendo. Para desembocar en un gran aplauso de un público emocionado antes de que acabara la función con la llegada de "La golondrina", canción original del poeta español Niceto de Zamacois, que sonó varias veces a lo largo de la representación.

Carmen Maura y Félix Gómez, emocionados y agradecidos, ponen punto final a la historia de Amelia y Ramón, que, además de provocar la empatía de la concurrencia con las víctimas del terrorismo, hablan sobre el amor, la libertad sexual y la homofobia, problemática presente en nuestros días, haciendo reflexionar al público de la noche del sábado.

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