Con Alejandro Fernández estancado y Luis Miguel en sus horas más bajas, México ya tiene el relevo perfecto para arrasar entre las masas. Carlos Rivera posee una gran voz, un físico espectacular, compone, baila, es actor y, además, cae bien. No es de extrañar que en tres días se agotaran las entradas para el teatro de la Laboral, primer recinto de la gira "Guerra Tour" por España. Las expectativas se cumplieron y su show no defraudó.

Tras veinte minutos de retraso sonó "Amo mi locura", un poco pasado de volumen en graves. Poco a poco el sonido mejoró y sonaron "Serás" y "Voy a amarte", dos baladas enlazas con las que mostró su poderío vocal. Su particular paso del registro de pecho al de cabeza con calidad y comodidad fue muy evidente en "Te esperaba". Grande sonó "Recuérdame" -incluida en su último disco como bonus track-, acompañado por una banda de buenos músicos, en la que destaca la labor de la pianista que llevaba todo el peso de los arreglos. Difícil tarea puesto que "Guerra" fue grabado en los estudios Abbey Road con la Orquesta Filarmónica de Londres. En general, sonido contundente y bien empastado, salvo algunos deslices de volumen.

Hubo un cambio de puesta en escena en la segunda parte del show, con una performance en la que Rivera se transformó en militar con paracaídas incluido y los cuatro bailarines cubrían la escena a base de piruetas y coreografías bien ensayadas. El escenario se quedaba pequeño por momentos, como en la bonita coreografía con una sábana blanca en "Que lo nuestro se quede nuestro".

El ritmo de cumbia de "Lo digo" y "Bendita tu vida" desató la locura de las fans con los movimientos pélvicos de Rivera. Sin ser "Chayanne" sus bailes están bien trabajados y se nota que está muy en forma, de hecho no escatimó frase alguna para tomar aire y no dio muestras de fatiga en la voz.

De amor se morían las fans con baladones como "Me muero" o "Cómo pagarte", con la que quiso recompensar a Asturias por el recibimiento. Y es que Carlos Rivera, además de cantar y bailar bien, conquista con sus frases adecuadas y su larga verborrea entre tema y tema. Para finalizar el show nada mejor que la animada y exitosa "Regrésame mi corazón". Sólo faltó el confeti y los fuegos artificiales.

Nacer con una buena voz y un buen físico ayuda bastante, nadie lo puede negar. También, ser ganador de la versión mexicana de "Operación Triunfo" contribuye, pero si pensamos en todos los guapos que cantan bien y han pasado por el "OT" español y de los que hoy ya nadie se acuerda, es posible entender que eso solo no basta para crecer y mantenerse en el difícil mundo de la música comercial. Hace falta mucho trabajo y mucha constancia para competir con muchos artistas que se mueven en el mismo género musical. Por lo tanto, el éxito de Carlos Rivera es merecido. Sólo le falta un poco más de variedad en melodías y arreglos para que sus canciones no caigan en la reiteración. Todo se andará.