En el nombre del hijo

Muy oportuno el estreno esta semana de una película que cuenta cómo unas mentes cavernícolas intentan "curar" a un joven de su homosexualidad porque la consideran una enfermedad. Joel Edgerton relata la historia verdadera de unos padres ultra religiosos que internan a su hijo en un centro donde aplican métodos escasamente sutiles para tratar de encontrar razones objetivas por las que un joven se hace gay. Material de plena actualidad y con muchas posibilidades que, por desgracia, es desaprovechado por un guión convencional a más no poder y una realización tan correcta como escasa de fuerza, sin gancho y por momentos alarmamentemente plana, incluso en las escenas clave en las que explota la tensión. La función se deja ver sin mayores problemas pero sin especial interés aunque el tema sea de mucha enjundia y se centre en quienes son capaces de considerar como enfermos a quienes tienen una orientación sexual distinta, y todo en nombre de un mensaje religioso escasamente tolerante.

Edgerton se queda corto a la hora de mostrar las corrientes subterráneas de frustración, impotencia, desamparo y contradicción que recorre a sus personajes, y se echa en brazos de un reparto solvente en el que una Nicole Kidman y Russell Crowe como padres atribulados y atrapados entre la fe y a amor por su hijo arropan al joven Lucas Hedges y dan consistencia a unos papeles cogidos con pinzas.

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