La programación musical del Laboratorio de Electrónica Visual (LEV) llegó el viernes al Teatro de la Laboral con un cartel que prometía sobre el papel, pero visto lo visto defraudó bastante. En los foros especializados se había creado expectación por ver el estreno mundial "ScanAudience", una propuesta del compositor italiano Gianluca Sibaldi junto con "Schnnitt", formado por Marco Monfardini y Amelie Duchow. Como se propio título indica, "ScanAudience" es una performance donde se escanea al público -concretamente a las primeras filas-, generando distintos sonidos e imágenes en tiempo real a partir de las características de los espectadores. El resultado no deja de ser algo anecdótico que dista mucho de convertirse en una obra de arte. Visualmente resulta monótono y nada entendible, magnificado por una pantalla gigante donde concurren diferentes líneas en varias direcciones, con predominio de los colores grises, rojos y negros. Musicalmente (por decirlo de alguna manera), se trataba de una amalgama de sonidos industriales poco originales y sobrepasados de volumen, que por momentos provocaron cierto temor a sufrir algún daño en los tímpanos. En definitiva, nada interesante.

Las performance de la compositora y artista digital Myriam Bleau no suelen pasar inadvertidas: en sus propuestas siempre aporta algún elemento original y en esta edición del LEV no iba a ser menos. Presentó por primera vez en España su proyecto "Ballistics", en el que unas esferas luminosas equipadas con sensores de movimiento y mapeadas por láser, se desplazaban por el escenario con movimientos pendulares provocados por la artista canadiense, produciendo diferentes sonidos y dinámicas. La idea es compleja y se notaba muchas horas de trabajo detrás, pero el escenario no es el más adecuado para poder apreciar la calidad y el esfuerzo. En un entorno más pequeño hubiera lucido mucho más. Y de nuevo es necesario resaltar el altísimo volumen por momentos de la performance. ¿Para qué tanto?

Otro estreno mundial tuvo lugar de la mano del español afincado en el Reino Unido Elías Merino, junto con el compositor audiovisual esloveno Tadej Droljc. En esta ocasión correspondía a la segunda parte de la instalación "Spaceless Latitudes" -presentada en la edición anterior del LEV-, titulada "Synspecies", que abordaba el proceso de desintegración de espacios estelares, inspirado en ecologías virtuales. En la pantalla quedaba visualmente muy llamativa cuando se producía la ruptura de distintas figuras y, además, perfectamente sincronizada con los sonidos algorítmicos, por ello la primera mitad del espectáculo resultó bastante creativa. La segunda mitad fue más monótona al no aportar ningún elemento nuevo sonoro o visual. En esta ocasión el volumen estaba perfecto.

En definitiva, una noche cargada de estrenos muy vanguardistas pero difícil de constatar como obras de arte en este terreno tan efímero como es la electrónica visual.