Crítica / Música

"Carolina Durante", el revival del punk

El grupo madrileño arrasa con un directo contundente y un sonido arrollador

"Vini, vidi, vinci", así fue el paso de "Carolina Durante" por Gijón, y el guion parece que se repite allá adonde vayan, porque esta banda madrileña ha pegado fuerte en el panorama rock nacional y lleva dos años en una trayectoria ascendente que parece no tener final. De pasearse por festivales en verano a llenar salas en invierno, el sueño de cualquier grupo, y con un único LP en su discografía. El viernes pudimos comprobarel fenómeno en una sala Albéniz llena hasta la bandera y que había agotado las entradas días atrás.

La trayectoria de esta banda es digna del punk, ese estilo que cuando llega lo hace impactando, arrollando e imponiéndose sin complejos y sin medias tintas. Lo hicieron los Sex Pistols en los setenta que, en apenas unos meses, estaban en boca de todo, aunque la aventura no duró más de tres años. Eso sí, el punk patrio tiene referentes longevos, como Siniestro Total o Los Nikis, que parece ser la estela que siguen "Carolina Durante" a juzgar por su música. Canciones breves construidas con pocos acordes y un sonido de guitarra distorsionada que deja pocas opciones a matices en la melodía. Así, Diego Ibáñez declama las estrofas para desembocar en melodías con aire de himno en los estribillos. Esta fórmula la hemos oído ya en "León Benavente", y parece que funciona, quizás sea una parte importante de la estética rock de este cambio de década.

El viernes despacharon el concierto con una veintena de canciones sin apenas pausas y con un público entregado desde los primeros acordes de "En el cementerio". No hubo cuartel, la contundencia de la masa sonora que llegaba del escenario tenía un efecto hipnótico. No es sólo cuestión de distorsiones y decibelios, la reiteración de versos en la letra funciona muchas veces como un mantra, y él grano de la voz y el reducido rango de las melodías ofrecen pocas posibilidades para salir de esa atmósfera que configura el sonido de esta banda. Apenas hay punteos, no hay espacio para coloridos tímbricos, y es difícil vislumbrar el rumbo que va a tomar esta banda en un próximo álbum, ese que ha de servir para afianzar su posición en el panorama musical.

En el repertorio del pasado viernes los temas que ofrecían detalles eran los de la maqueta, como "La noche de los muertos vivientes", con un pulso echado hacia atrás y una melodía de corte épico. La homogeneidad de su sonido hace que cualquier parámetro que se salga un poco del guion no pase desapercibido: un patrón angular en la batería, un guiño a la psicodelia con algún efecto? El tiempo dirá por dónde avanza este grupo; de momento, han conseguido revivir el punk con un aire fresco que es de agradecer, tanto en las letras mordaces de las canciones ("Cayetano") como en su puesta en escena.

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