José Luis Argüelles

La magia de una canción popular

Un compositor triunfa cuando deja un tema que siguen haciendo suyo sucesivas generaciones

Nadie sabe muy bien por qué el pueblo, que suele ser músico con oído infalible, hace suya una canción que sucesivas generaciones convierten en himno, fibra sentimental que es a la vez íntima y colectiva. Hay temas que tienen esa magia que no se enseña en las aulas de los conservatorios. Brotan de la vida y del conocimiento, palabra y partitura de melodías y vivencias que el creador ha sumado a lo largo de la vida. Temas que se adhieren al corazón y a la memoria de quien los escucha.

Esa rara alquimia sigue funcionando con "Pescadores". Su autor, Manolo Carrizo, que nos dejó ayer desde la serenidad de una vida entregada a su vocación profunda, prefería otras. Alguna vez dijo que le gustaba más, por ejemplo, "Mineros". Pero lo cierto es que ese pueblo soberano, que es al fin y al cabo quien hace de una canción determinada un himno de todos, sigue emocionándose cada vez que escucha o entona "Aun no ha salido el sol...". Con los ecos de una pisada recia en la madrugada.

En los cuarteles españoles de la mili obligatoria de mediados de los ochenta, sabíamos al oír "Pescadores" en el patio de armas, sonando en aquellos radiocasetes de cuando entonces, que andaba cerca otro asturiano. Manolo Carrizo, que nunca se hizo rico con este tema, como señaló en alguna ocasión, se fue acostumbrando sin embargo a que fuera esa la canción preferida de unos y de otros. Está en el repertorio de unas cuantas formaciones corales, lo que es signo de respeto y de ese tránsito por el que lo popular va convirtiéndose en tradicional. "Pescadores" se ha escuchado hasta en Japón, como relató su autor en alguna ocasión. Manolo Carrizo, que tuvo una vida consagrada a la música y a la atención sanitaria de los demás, ha hecho lo más difícil para cualquier compositor: dejar una canción que el tiempo respeta. Su obra y su legado tienen más anchura, como es evidente, pero "Pescadores" ha dejado de ser suya para ser un poco de todos. Es a lo que llamamos triunfar.

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