Antonio Rico

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Antonio Rico

Oscar de Prometeo

Tengo la impresión de que en la gala de los Oscar muchos espectadores ponen en la entrega de los premios técnicos la misma cara que puso Martin Scorsese en la actuación de Eminem. ¿Por qué la gloria de los Oscar se reserva para el final de la gala, con la entrega del Oscar al mejor actor principal, actriz principal y película? ¿Por qué es menos soportable el corto discurso del ganador del Oscar a la mejor mezcla de sonido que el largo discurso de la ganadora del Oscar a la mejor actriz? ¿Por qué entendemos que Joaquin Phoenix reflexione acerca de la naturaleza humana en su discurso de agradecimiento al Oscar al mejor actor, pero nos parecería una desmesura que Barbara Ling hiciera lo mismo después de recoger el Oscar al mejor diseño de producción?

Protágoras, en el diálogo platónico del mismo nombre, divide las virtudes que nos hacen humanos en dos: virtudes de Prometeo y virtudes de Hermes. Las virtudes que otorga Prometeo a los hombres son virtudes particulares, es decir, que no necesitan ser participadas por todos los hombres (no es necesario que todos los hombres sean médicos o constructores de barcos). Las virtudes de Hermes son virtudes universales (justicia, por ejemplo) que deben ser distribuidas entre todos los hombres. Así pues, dice Protágoras, los atenienses, si se trata de discutir de construcción de barcos, consideran solo a unos pocos con el derecho a dar consejos (precisamente, los expertos en construir barcos); pero si se trata de la virtud política, escuchan a todos, puesto que todos participan de esa virtud. ¿Será eso lo sucede en la gala de los Oscar? Hay Oscar de Prometeo y Oscar de Hermes, es decir, Oscar particulares y Oscar universales. Solo unos pocos pueden opinar acerca del montaje de sonido porque solo unos pocos son expertos en esa cuestión técnica, pero todos podemos opinar del Oscar a la mejor actriz principal porque todos somos expertos en saber qué actriz merece la gloria. La gala de los Oscar es una gala de sofá que se ve en compañía de otros. Solo un compañero de sofá que sea experto en sonido puede hablar de la mezcla de sonido de "1917", pero todos podemos opinar desde el sofá si la película de Bong Joon-ho es mejor o no que la de Scorsese. A los que nos gusta el cine nos gusta hablar de cine. En los Oscar de Prometeo solo puede hablar el que sabe.

www.antoniorico.es

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