Saúl Fernández

Crítica / Teatro

Saúl Fernández

La paciencia se ha agotado

Verónica Forqué dirige una pieza de teatro documental donde las mujeres reclaman su lugar en el presente

Se muere Franco y su hija Carmen sale por patas a Suiza cargada de joyas. La Guardia Civil la detiene y ella, la heredera del Caudillo, reclama libertad: "Fascistas", les califica. Hay paradojas que causan sonrisas. Hay más: la ley de Amnistía, el punto y seguido del Franquismo, vació las prisiones de hombres delincuentes y de hombres políticos. De las mujeres prisioneras por "delitos de las mujeres", sin embargo, no. Y es que hace 46 años se metía en la cárcel a adúlteras, a publicistas de métodos anticonceptivos, a las que se habían sometido a un aborto? Pareciera que las mujeres que hicieron la Transición no la hubieran hecho: les pidieron "paciencia" porque la mitad del mundo tendría su momento. Pero no, ha pasado medio siglo y la "paciencia" se ha acabado. Sobre esta tesis se mueve "Españolas, Franco ha muerto", un drama de circunstancias con forma de teatro documental (verdad pasada por el tamiz de la ficción), un espectáculo dirigido sabiamente por Verónica Forqué que llenó antes de anoche el teatro Palacio Valdés, en Avilés.

El montaje tiene forma de conferencia, de entrevista de investigación. Ahí se fundamenta la tesis (las mujeres fueron apartadas de los cambios que estaban construyendo el nuevo país tras la muerte del dictador). A partir de ahí hay "flashbacks" y "flashforwards" (así estábamos y así seguimos estando) a base de escenas dramatizadas (el consultorio de la Elena Francis) o de canciones reclamo. Las tres actrices se mueven sobre una escenografía tan sencilla como polisémica (una "boite", un circo?) Forqué ordena cada uno de los cuadros con naturalidad y así logra integrar la tesis en el montaje, vamos, que uno no sale del teatro con la sensación de haber recibido un sermón, que es lo peor de mucho del teatro ideológico presente: las dos autoras exponen la falta, el olvido y explican qué sucedió y qué debe pasar hasta ahora. Y uno se queda satisfecho por el aprovechamiento, por esas tres actrices eternas que lo mismo se muestran monjas descarnadas "vendeniños", que inocentes jovencitas llamando a la radio? Uno se queda con ganas de más: las mujeres que callaron hace medio siglo no se resignan al silencio. La semana que viene, en Madrid, en el Español.

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