Es posible que Ray Dalio y otros de su gremio hayan ganado mucho dinero en estos días de vértigo y coronavirus. Dalio no ha inventado la vacuna contra el germen COVID-19 ni ha puesto en el mercado un test para su detección, como sí ha hecho la firma francesa Novacyt, que se ha revalorizado el 1.000% en Bolsa. Dalio y otros de su gremio han hecho mucho dinero también en ese mercado, pero ellos amplificando el pánico desencadenado por el drama sanitario, social y económico que padece medio mundo.
Los fondos de alto riesgo o "hedge funds", como el Bridgewater de Ray Dalio -el mayor fondo de cobertura del mundo, con 150.000 millones bajo gestión-, han contribuido a cavar el suelo del Ibex español, del Dax alemán o del CAC francés con sus apuestas bajistas: olieron la sangre y tomaron prestadas acciones por valor de más de 22.000 millones de euros que utilizaron para hundir más las cotizaciones, recomprar después los títulos a precios de saldo, devolverlos a los prestamistas y obtener colosales plusvalías con la desgracia ajena.
Comenta con agudeza Juan Vázquez, catedrático asturiano de Economía, que de esta crisis, por sus peculiaridades, pueden surgir cambios estructurales en terrenos como el laboral (impulso del teletrabajo) o la forma en que nos relacionamos. Estaría bien que también alumbrara mecanismos preventivos eficaces para evitar algunas de las manifestaciones menos éticas y más groseras del capitalismo financiero, como el tiburoneo de los "hedge funds" cuando la gente está enfermando o perdiendo sus negocios y sus empleos en masa. Poner fin a las peores bajezas de los bajistas.
