Myriam Mancisidor

En casa con Selva y Mikel, diario de un aislamiento en familia

Myriam Mancisidor

Agujetas de Pascua

No me puedo mover. Ayer se nos fue de las manos eso de hacer ejercicio en casa con los peques. Que si brazo para arriba, pierna para abajo, sentadillas? ¡Creo que no quedó tutorial de Youtube que no siguiéramos! Y no suficiente, a mi cuñada Vero le dio por mandar un reto viral de esos que consiste en grabarte mientras encestas con los pies rollos de papel higiénico en un cubo situado en la cabeza. A Selva le hizo tanta gracia el juego como ver luego los vídeos de mamá y papá, y no me extraña?

El fin de semana siempre es diferente, y mucho más fácil de llevar aunque el piso tenga los mismos metros. El sábado y el domingo nos permitimos un vermú: el de Selva y Mikel se resume en zumo y gusanitos. El nuestro empezó ayer con un vino de Toro y terminó con un cubata: zumo de limón y de naranja natural, refresco, mucho hielo y ron. Acompañamos la copa con una partida de chinchón. Ganó Vicen, todo hay que decirlo.

Lo único que nos falló este fin de semana fue la radio que tenemos entre la cocina y la terraza y que está encendida las 24 horas del día, siempre con música. Es vieja y después del tute de estos días confinados (o "confitados", como dice Selva) está dando señales de cansancio. A veces "pincha" el vecino del segundo, un señor de sus cincuenta que parece vivir una eterna juventud y escucha la misma música que los de mi generación bailábamos en Tito's, en Pravia. Cuando él nos da paso seguimos nosotros, con esas canciones que Vicen llama "temazos" y de las que se sabe hasta el nombre de la abuela del que toca la batería. Cosas que solo entienden los rockeros.

También hicimos videollamadas. Me hizo mucha ilusión ver a Ana, murense que vive en Alcoy; a Alex, que está en Oviedo; a Estela, en Muros? La lista es larga. Todos tenemos historias que contar de esas que animan. El hijo mayor de Ana, por ejemplo, ha tenido que aplazar la comunión.

Entre unas cosas y otras también jugamos. Selva pintó un cascayo en la terraza con ceras y Mikel la imitó. Nos retorcimos con el "Twister" casero y nos disfrazamos. ¡Como para no tener agujetas! También aplaudimos, como siempre a las ocho, y le cantamos cumpleaños feliz a Luismi, un vecino que sopló las velas en el balcón con "Parchís" de fondo. Hoy será un día duro. Es lunes, y un lunes muy especial: el de Pascua, el de la Comida en la Calle de Avilés, la mejor fiesta de esta ciudad. Penas siempre a un lado, ya tenemos sidra enfriando y la ensaladilla rusa cociéndose.

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