javier blanco

Mundo Luthiers

Recuerdo del fallecido Marcos Mundstock a través de sus frases en y sobre Asturias

Marcos Mundstock fue la voz de "Les Luthiers", clave en el grupo argentino, pero no menos clave lo fue y es cada miembro de esta formación que tantas sonrisas lleva despachas a lo largo de su imponente, artística y divertida carrera. Mundstock falleció el pasado miércoles, y en 2015 nos dejaba Daniel Rabinovich, con quien sostuvo tantos diálogos surrealistas en la escena. Diálogos armados con el manejo de las palabras. Cuando se presentó en 2012 "Lutherapia" en el Calatrava de Oviedo rápido surgió uno de esos combates verbales a cuento de lo neurótico que estaba el personaje de Rabinovich al tener que hacer una tesis sobre el gran referente del grupo Johann Sebastian Mastropiero. La solución era Mundstock, "psicólogo diplomado", que no ejerce. No obstante, atenderá la cabeza de su colega empezando por desentrañar la vida de Mastropiero, que, matiza, copió su autobiografía de la de Ghünter Fager, compositor que aparece "copiado" en otros shows del grupo. Es una charla presidida por la solemnidad de Mundstock, más solemne aún haciendo de psicólogo diplomado, personaje que aprovecha para exclamar una serie de irónicas expresiones sobre posibles síntomas y causas de la inestabilidad emocional, de esas expresiones que el público acoge con gratitud porque en la vida real nadie entiende.

Con una serie de virtudes casi imposibles de reunir, como su voz de actor, de locutor de radio, de presentador de televisión, en off... de lo que se quiera. Su tono y su entonación y su presencia escénica, algo muy trabajado por todos los componentes, Mundstock hacía reír hablando, en silencio o con un mínimo gesto corporal.

La formación siempre repartió sus papeles ajustados a la personalidad de cada cual, fueran momentos musicales, interpretativos, de monólogos o diálogos mano a mano o en grupo. Como explicaron a LA NUEVA ESPAÑA en uno de sus numerosos encuentros con el periódico: "Somos una democracia perfecta, las decisiones se toman por mayoría simple", desveló Carlos López Puccio en una de esas charlas. Y haciendo un recorrido por su extensa obra y sus idas y venidas, sus largas giras, su entonces eterna candidatura a los premios "Príncipe de Asturias", sus décadas en la escena, el paso del tiempo y la posibilidad de estrenar alguna obra nueva... Mundstock resolvió con una ocurrencia sin guion ante la explicación de su compañero Maronna: "La idea es otra antología. Las nuevas obras son muy estresantes, mucho trabajo desde que se escribe hasta que se agrega música. Una tarea linda, pero muy cansada", puntualizó Maronna. "Tenemos mucho material y no tenemos previsto ser más jóvenes dentro de unos años", sentenció Mundstock. Y ante el constante runrún de su candidatura a los premios "Princesa de Asturias" hizo una resuelta conclusión: "¿Para cuándo? Venimos en octubre, ¡avisar: oiga, que estamos aquí", bromeó, y añadió: "Tiene su ventaja. Al que ya se lo dieron, chao. Nosotros, como siempre estamos nominados, tenemos prensa y titulares", contaba a la par que recordaba que el grupo venía a Oviedo desde 1989.

El "Luthier" Marcos Mundstock era una fábrica de ideas y un maestro haciendo reír con el envoltorio sutil que daba a cada historia. Era igual que narrara algún hecho de Mastropiero o que se liara en una discusión sobre el merengue (el baile), discurso que acababa enredado en el otro merengue (el postre) ante las entendederas del papel representado por Rabinovich; o sus entrevistas en inglés para Radio Tertulias a "un afamado grupo", "London Inspection", al que traducía sin dificultad: "Eleven Forty" ("Yleven la voz").

Mundstock creó un mundo de palabras y tonos. Hay recopilación de sus frases o de sus giros con el idioma, de su forma de hablar, hay citas constantes de sus citas. López Puccio dijo a este periódico en uno de sus viajes a Asturias que "podría decirse que somos universales entre el público de 'Les Luthiers', o sea, no somos universales". Y Mundstock, con el que el público era muy cómplice, dijo lo mismo de otra manera, ambas brillantes: "Un perfil de nuestro público es que sea el que tiene el hábito de ir al teatro y le guste el humor elaborado". Tal cual. El mundo "Les Luthiers".

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