Franco Torre

A VUELAPLUMA

Franco Torre

Salvar al monstruo de Frankenstein

Antes de empezar, una aclaración: Frankenstein no es el nombre del monstruo, sino del doctor que le dio vida.

La maniobra por la que el Principado modificó los estatutos de la Fundación que gestiona Laboral Centro de Arte para que centralice los actos del "Xacobeo 21" y absorba, de paso, las cuantiosas ayudas y donaciones que llegarán gracias a los jugosos incentivos fiscales es a todas luces inapropiada, dada la distancia sideral entre los fines propios del centro y la promoción y defensa del patrimonio del Camino de Santiago, e indudablemente poco acertada desde el punto de vista político, ya que resucita uno de los fantasmas que más daño han hecho a la gestión socialista: el del "cerco a Oviedo". De forma premeditada o no, el Gobierno autonómico ha propiciado, con esta iniciativa, un enfrentamiento innecesario entre sus dos grandes ciudades. El Camino de Santiago, esto debe quedar claro, nació en Oviedo, y es a la capital a la que corresponde, por derecho, el protagonismo en el "Xacobeo 21". Probablemente no fuese un ataque premeditado, pero es indudable de que se trata de una torpeza de primer orden.

Aunque no sea un filme de asedio, lo cierto es que esta película ya la hemos visto antes: se titula "Salvar al soldado Ryan", y la repone cada gobierno socialista desde hace quince años. Se trata, sencillamente, de sostener a toda costa e inyectando indecentes cantidades de dinero público a Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, un proyecto para muchos fallido en el que el Principado se ha gastado catorce millones y medio de euros en estos tres lustros, y que aún así arrastra una deuda millonaria. Un equipamiento que mantiene dos contratos de alta dirección (ningún otro centro cultural de la región goza de ese privilegio) y al que en plena pandemia se le ha permitido una subida lineal de sueldos del 3% a toda su plantilla. Un centro que, pese a estas prebendas, tiene muchas dificultades para cuantificar el retorno que produce su actividad en la sociedad asturiana.

En vista de su evolución y su actual estado, el Gobierno del Principado lo que tiene que hacer es actuar con valentía y refundar Laboral Centro de Arte, no añadirle estrambóticas funciones hasta convertirlo en una monstruosidad hecha de retales. En cualquier caso, los responsables deberían andarse con ojo, porque estas abominaciones, como le pasó al monstruo del doctor Frankenstein, acaban cobrando vida propia y adoptando el nombre de su creador. Y ese es mal legado para un político.

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