Saúl Fernández

CRÍTICA / TEATRO

Saúl Fernández

Cabaré, Willkommen

El cabaré mola: hay música, danza y también un poco de humor. O un mucho. También hay una jarra de cerveza y, si es fino, champán champán. El cabaré es un género muy francés que andando el tiempo se hizo alemán. En los años divertidos que precedieron a la explosión nazi. De eso habla, más o menos, el "Cabaret" por antonomasia, el de "Willkommen". Liza Minnelli y Joel Gray. "Willkommen, bienvenu, wellcome". La traslación castiza del cabaré viene a ser la revista. Vale, no es lo mismo, pero se le parece.

Antes de anoche en el teatro Palacio Valdés, en Avilés, la compañía Saltantes Teatro, la de Luis Alija y Nerea Vázquez, estrenó "Casting", un cabaré a mayor gloria de la propia Vázquez en plan Lola Flores, la Piquer o La Más Grande. Todas juntas. Porque, dice ella, "es muy folclórica". Cantó "María de la O", cantó "Ojos verdes" sin estar apoyada en el quicio de ninguna mancebía; le dio por ser Lisístrata y hasta Laurencia, la de "Fuenteovejuna", la que dice: "Mis cabellos ¿no lo dicen? / ¿No se ven aquí los golpes / de la sangre y las señales? / ¿Vosotros sois hombres nobles?".

"Casting" es una exhibición de todas las gracias de Nerea Vázquez. Canta que da gusto. Y lo sabe bien ella cuando se lo hace por Chavela, por ejemplo. Me dicen "La Llorona". Nerea Vázquez recogió aplausos y risas. Un buen puñado. Entre canción y canción contaba al público un poco de reivindicación y otro poco de búsqueda de fe y, cuando esto pasaba, uno perdía el hilo del cabaré porque esa reivindicación y esa búsqueda eran tan finas que se deshilachaban todas y todo era una lástima. El autoespectáculo de Nerea Vázquez lo completa un coro que sirve de apoyo a las ventajas exhibidas por la cantante y actriz. Y mola. Sobre todo por ese vestuario (de Azucena Rico) que es tan fantástico que engrandece el espectáculo.

Compartir el artículo

stats