CRÍTICA / MÚSICA

Espléndido Morricone

La noche del pasado viernes tenía lugar el primero de los conciertos con motivo de los premios "Princesa de Asturias" de este año, tiempo especialmente complicado en el ámbito cultural. Tras una dinámica de acceso bien desarrollada y gestionada por el personal de la Fundación, el acto comenzaba con unas palabras sobre las medidas de seguridad del recinto por parte del equipo organizativo. Agradecieron también la extraordinaria acogida que han tenido todos los actos de este año, especialmente los conciertos, agotándose todas las entradas en menos de 15 minutos desde su apertura al público.

Tras un magistral video creado por el polivalente artista italiano Rino Stefano Tagliafierro en el que pudimos ver escenas de casi todas las películas en las que Morricone puso música, comenzó lo que podríamos llamar un maravilloso espectáculo de música, luz y color.

La orquesta encargada de llevar a buen puerto este evento fue la capitaneada por el músico multidisciplinar Miguel Herrero, que aprovechó el inicio y el final del acto para agradecer a la organización que se haya contado con una cantera de músicos de la región. Los 8 músicos se alternaron varias veces para interpretar las partes vocales solistas en diversos temas, al tiempo que cambiaban de instrumentación. Es además curiosa la formación de instrumentos escogida: guitarra, bajo, bombardino, saxo? si bien se suplieron muchos instrumentos gracias a samplers digitales lanzados desde los teclados. Gracias a ello pudimos escuchar esa característica voz femenina con vibrato del tema "El éxtasis del oro" de la película "El bueno, el feo y el malo", que realmente supuso el verdadero éxtasis triunfal de este bien encajado y adaptado medley de temas que abrió el concierto. Bravo también por los imponentes solos de trompeta del maestro Herrero.

Tras esta curiosa mezcla de temas "populares" de la trilogía del dólar de Leone, se dio paso al verdadero pop del maestro; y es que no debemos olvidar que, aunque Morricone ha pasado a la historia como uno de los mejores compositores de música de cine, no ha sido vana su aportación a la música comercial italiana de baile, sobre todo en los años 60 y 70.

La potente y bien gestionada voz de Sandra Lusquiños aportó la parte vocal femenina al evento, logrando varias ovaciones del público que disfrutó de todos los temas, arrancándose incluso a acompañar con palmadas algunos de ellos. Baladas, rock, samba? cada tema era una explosión de armonías y modulaciones brillantes, más complejas de lo normal para tratarse de pop, que claramente remarcaban el extraordinario talento de Morricone para adaptarse a cualquier ámbito musical.

Especial mención merecen también los grafismos proyectados en el escenario, que acompañaban a cada tema y que gracias a diferentes motivos iconográficos se adaptaban al tema musical interpretado.

En resumen, una velada vibrante a la par que bien ejecutada. Bravo por la organización, por abrir con un evento musical tan bien perfilado.

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