Una de las causas por las cuales la música ha cautivado al ser humano desde siempre es su impacto emotivo, teniendo la capacidad de llevarnos de la alegría a la nostalgia solamente con un par de acordes. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Turku, en Finlandia, ha logrado descubrir los circuitos neuronales que permiten “leer” en el cerebro la influencia emocional del lenguaje musical.

De acuerdo a una nota de prensa, los investigadores emplearon un algoritmo de aprendizaje automático, buscando determinar qué regiones del cerebro se activan cuando tienen lugar las distintas emociones inducidas por la música. Los resultados fueron publicados en la revista Celebral Cortex.

El estudio incluyó a 102 voluntarios, a quienes se les hizo escuchar música con una fuerte tendencia emocional. Al mismo tiempo, se escaneaba su función cerebral con imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI). Los hallazgos remarcan los ya conocidos efectos de la música en el cerebro: los especialistas son capaces de leer la información neuronal y determinar el tipo de música que está escuchando cada participante.

Los científicos remarcaron que un aspecto vital es la activación de la corteza auditiva y motora. En primer término, la corteza auditiva se dedica a procesar los elementos acústicos como el ritmo o la melodía. Posteriormente, al activarse la corteza motora se pone de manifiesto la relación entre la música y el movimiento, sin que sea indispensable para esto que la persona realice algún tipo de baile.

Música y audiovisuales

Una vez identificados estos aspectos cruciales, los investigadores fueron un poco más allá e intentaron comparar el impacto emocional del lenguaje musical con el producido por las producciones audiovisuales como películas o videos. Los resultados muestran con claridad que las emociones generadas por las películas y la música pueden descifrarse en el funcionamiento de distintos mecanismos en el cerebro, que en cierta forma van por caminos independientes.

En el caso de las producciones audiovisuales se registró una fuerte actividad en las partes más profundas del cerebro, como por ejemplo las regiones límbicas, destinadas a regular las emociones que se producen en situaciones de la vida real y cotidiana. Por el contrario, escuchar música no activa estas zonas del cerebro: ¿por qué?

Según los especialistas finlandeses, esto se debe a que las películas logran “copiar” de manera más realista los hechos de la vida cotidiana que se encuentran ligados a diferentes emociones. La música, por su parte, posee un fuerte impacto simbólico y una mayor carga de abstracción. A pesar de esto, también logra una estrecha relación con las influencias culturales y la historia personal de cada individuo.

Los resultados evidencian que las diferentes emociones básicas relacionadas con la música tienen distintas representaciones en las regiones que apoyan el procesamiento auditivo o el control motor, pero no dependen de las regiones límbicas y otras áreas profundas, que cumplen un rol vital en las emociones con valor de supervivencia.

Patrones neuronales específicos

En otro orden, los expertos remarcaron que los análisis relativos a la música privilegiaron el uso de géneros instrumentales, con el propósito de eliminar la carga emocional relacionada con las letras, un elemento crucial en las canciones y la música que incorpora canto y voces.

En definitiva, esta investigación confirma que la música no solamente produce emociones sino que también modifica la actividad cerebral, generando patrones neuronales específicos que podemos identificar y analizar.

Referencia

Decoding Music-Evoked Emotions in the Auditory and Motor Cortex. Vesa Putkinen, Sanaz Nazari-Farsani, Kerttu Seppälä, Tomi Karjalainen, Lihua Sun, Henry K Karlsson, Matthew Hudson, Timo T Heikkilä, Jussi Hirvonen and Lauri Nummenmaa. Cerebral Cortex (2020).DOI:https://doi.org/10.1093/cercor/bhaa373

Video y podcast: editados por Pablo Javier Piacente en base a elementos y fuentes libres de derechos de autor.

Foto: Alex Blăjan en Unsplash.