Las misteriosas ráfagas rápidas de radio (FRB) que intrigan a los astrónomos desde 2007 podrían ser la consecuencia de un fenómeno cósmico que se origina cuando las estrellas de neutrones aceleran el viento solar.

Una ráfaga rápida de radio es un fenómeno astrofísico de gran energía de origen desconocido que se manifiesta como un pulso de radio fugaz que dura de media unos pocos milisegundos.

Desde que se detectó la primera ráfaga, denominada FRB010724, más de 100 de estas FRB han sido detectadas, sin que se tenga un conocimiento preciso de su origen.

La más extraña

La más extraña La ráfaga más extraña registrada hasta ahora es FRB121102, descubierta en 2012: es capaz de repetirse cada 90 días. Después pasa un silencioso periodo de 67 días. El mismo comportamiento se repite a continuación cada 157 días.

Según un estudio de la Universidad de Manchester publicado el año pasado, la secuencia regular en la actividad de estallido de FRB121102 podría implicar que está vinculada al movimiento orbital de una estrella masiva, una estrella de neutrones en un sistema binario, o a un agujero negro.

FRB121102 ha sido localizada en una región matriz de estrellas de una galaxia lejana, situada a más de 3.000 millones de años luz de la Tierra.

Posible explicación

Posible explicación Una nueva investigación desarrollada en el Observatorio de París y publicada en la revista Astronomy & Astrophysics, ofrece otra posible explicación al misterio que representa la FRB121102, no muy alejada de la de sus colegas británicos, según se explica en un comunicado.

Los investigadores del Observatorio de París consideran que, cuando el viento solar se mueve a una velocidad cercana a la de la luz, se produce un fuerte fenómeno que concentra la ráfaga de radio en la dirección del movimiento del viento.

El viento solar es una corriente de partículas cargadas, principalmente electrones, protones y partículas alfa, liberadas desde la atmósfera superior del Sol. En el medio interestelar, el viento solar forma una burbuja.

Burbuja de plasma

Burbuja de plasma Este plasma en forma de burbuja sería el causante indirecto de la FRB1211102, según esta investigación. Considera que esas ráfagas de radio rápidas se producen cuando un cuerpo celeste se sumerge en el viento solar: en ese momento crea una perturbación que puede generar una radiación de radio.

Añaden los investigadores que, cuando los cuerpos que se sumergen en el viento solar son estrellas de neutrones que emiten radiación periódica (púlsares), o estrellas de neutrones alimentadas con un campo magnético extremadamente fuerte, conocidas como magnetares, emiten vientos que soplan prácticamente a la velocidad de la luz, a casi 1.000 veces más rápido que el viento solar.

Este efecto se consigue porque las estrellas de neutrones están rodeadas de asteroides que los orbitan: la mayoría de las veces son miembros de un cinturón o forman un enjambre de cuerpos rocosos que tienen trayectorias similares y no necesariamente periódicas.

Púlsar joven

Púlsar joven Cuando toda esta masa de cuerpos celestes penetra en el viento solar, el movimiento de estos cuerpos rocosos y la turbulencia asociada al impacto, hacen que la ráfaga apunte aleatoriamente hacia el espacio y cruce la dirección del observador durante una fracción de segundo, originando la FRB.

Según los astrofísicos del Observatorio de París, el repetidor FRB121102 podría ser un púlsar joven rodeado por un cinturón de asteroides de menos de 10 km de radio, ubicado entre 0.03 y 1 unidades astronómicas, suficientemente alejado del púlsar como para no ser evaporado por su intensa radiación.

Los autores del estudio también concluyen que este mecanismo podría explicar un cierto número, si no todos, de los otros FRB observados hasta la fecha, aunque queda mucho trabajo teórico y de observación para demostrarlo.

¿Fin del misterio?

¿Fin del misterio? Esta investigación refuerza la explicación natural de estos episodios que han intrigado a los astrónomos desde 2007, descartando que se deban a agujeros negros o a colisiones de naves extraterrestres.

Las estrellas de neutrones y su impacto sobre el viento solar se perfilan de momento como la explicación más plausible de las ráfagas rápidas de radio, aunque todavía no puede descartarse ninguna otra hipótesis.

Referencia

Repeating fast radio bursts caused by small bodies orbiting a pulsar or a magnetar. Fabrice Mottez et al. A&A, Volume 644, December 2020. DOI:https://doi.org/10.1051/0004-6361/202037751