Un estudio de la lluvia de meteoritos del espacio sobre nuestro planeta durante los últimos 500 millones de años ha constatado que solo una de las 70 colisiones más grandes que tuvieron lugar en el cinturón de asteroides localizado entre Marte y Júpiter generó un aumento importante en el flujo de meteoritos hacia la Tierra. La investigación, realizada en la Universidad de Lund, en Suecia, podría ayudar a comprender qué tipo de objetos pueden colisionar con la Tierra y de dónde provienen.

El cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter es un disco en el cual los cuerpos celestes afectados por fuertes colisiones giran alrededor del Sol. En dichas colisiones, el material que se desprende toma diferentes destinos: parte de esas rocas espaciales llegan a la Tierra.

Aproximadamente 2.000 meteoritos llegan a la superficie terrestre cada año, en tanto que los investigadores han podido identificar hasta hoy un número cercano a las 63.000 rocas espaciales. ¿De dónde proviene ese material extraterrestre que llega a nuestro planeta? ¿Qué sucesos determinan el flujo de meteoritos?

Hasta el momento, las teorías predominantes indicaban que el flujo de meteoritos a la Tierra estaba conectado directamente a eventos dramáticos en el cinturón de asteroides. Según estas hipótesis, los meteoritos que impactaban en nuestro planeta provenían mayoritariamente de gigantescas colisiones concretadas en el disco ubicado entre Marte y Júpiter.

Rocas que hablan del cosmos y su pasado

Ahora, el nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) contradice las posturas actuales al respecto. De acuerdo a una nota de prensa, solamente una de las mayores colisiones registradas en el cinturón de asteroides en los últimos 500 millones de años produjo un incremento importante en la cantidad de meteoritos que chocan contra la Tierra.

Luego de rastrear minuciosamente el flujo de meteoritos hacia nuestro planeta en el período indicado, los investigadores concluyeron que las enormes colisiones en el cinturón de asteroides no serían tan significativas. Aparentemente, un fenómeno aún no explicado provoca que la mayoría de las rocas permanezcan en el cinturón de asteroides.

¿Cómo llegaron a esta conclusión? En principio, disolvieron en ácido diez toneladas de rocas sedimentarias localizadas en antiguos fondos marinos: los sedimentos preservan restos de los meteoritos que han impactado en algún momento con la Tierra, y brindan información sobre el período histórico en cual se concretó el impacto.

Al disolver los sedimentos, los científicos pueden obtener granos microscópicos de óxido de cromo, un mineral presente en los meteoritos que no se ve afectado por el paso del tiempo. La observación de estos granos funciona como una ventana al pasado: los investigadores hallaron datos de 15 períodos históricos durante los últimos 500 millones de años.

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Un único evento extraordinario

Después de analizar casi 10.000 meteoritos, concluyeron que el flujo proveniente del cinturón de asteroides ha sido estable: únicamente una colisión ocurrida hace 466 millones de años marcó un quiebre importante en la cantidad de meteoritos provenientes de esa fuente.

En esa situación concreta, el flujo de meteoritos aumentó notablemente y pudo comprobarse que el 99 por ciento de los impactos era consecuencia de ese evento. Aunque el ritmo disminuyó después de unos 40 millones de años, aún hoy siguen llegando meteoritos provenientes de esa parte específica del cinturón de asteroides.

En resumen, los investigadores creen que las conclusiones alcanzadas podrán funcionar como un aporte trascendente para descubrir el origen de los meteoritos que llegan a la Tierra y evaluar su grado de peligrosidad. Al respecto, indicaron que ninguna amenaza puede despreciarse: el futuro impacto de un pequeño meteorito en el mar, cerca de un área poblada, podría generar potencialmente resultados catastróficos.

Referencia

Asteroid break-ups and meteorite delivery to Earth the past 500 million years. Fredrik Terfelt and Birger Schmitz. PNAS (2021).DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.2020977118

Foto: recreación artística de un sector del cinturón de asteroides ubicado entre Marte y Júpiter. Crédito: Pablo Carlos Budassi en Creative Commons.