Astrofísica

La Luna nos abre su corazón por primera vez

Tiene un núcleo interno sólido, como la Tierra, cuyo diámetro es de 500 kilómetros

Luna creciente vista desde la Estación Espacial Internacional.

Luna creciente vista desde la Estación Espacial Internacional. / NASA.

Redacción T21

Una nueva investigación ha comprobado que la Luna tiene un núcleo interno sólido de 500 km de diámetro. También confirma la inversión del manto lunar, que explica la presencia de elementos ricos en hierro en la superficie de nuestro satélite.

Cincuenta años después del Apolo 11, que allanó el camino para los primeros estudios sobre la Luna, un equipo de científicos franceses ha revelado parte de la estructura interna de nuestro satélite que ha permanecido misteriosa hasta ahora: confirma que la Luna tiene un núcleo sólido, al igual que la Tierra.

Veinte años después de la identificación de un núcleo exterior fluido en la Luna, esta investigación ha comprobado que, tal como se suponía, también posee un núcleo sólido, de unos 500 km de diámetro, que representa alrededor del 15% del tamaño de la Luna.

También ha podido determinar que este núcleo sólido está hecho de un metal cuya densidad, de alrededor de 7.822 kilogramos por metro cúbico, está muy cerca de la densidad del hierro.

Largo camino científico

El recorrido que hemos tenido que realizar para llegar a estas constataciones ha sido largo. Diferentes técnicas, en particular las relacionadas con la rotación de la Luna, habían permitido en el pasado identificar claramente el núcleo externo fluido.

Sin embargo, el núcleo sólido permaneció indetectable, dado su pequeño tamaño. Solo hemos podido acceder a conocerlo combinando datos de diferentes misiones espaciales con la telemetría láser, que sirve para determinar la distancia a la que está un objeto y obtener un perfil más completo de las características lunares.

Estas características comprobadas incluyen el grado de su deformación por su interacción gravitacional con la Tierra, la variación en su distancia a la Tierra y su densidad.

Representación artística del interior lunar. Desde la superficie hacia el centro: una corteza delgada, un manto muy grueso, una zona en la interfasz manto/núcleo de baja viscosidad, un núcleo externo líquido, un núcleo interno sólido.

Representación artística del interior lunar. Desde la superficie hacia el centro: una corteza delgada, un manto muy grueso, una zona en la interfasz manto/núcleo de baja viscosidad, un núcleo externo líquido, un núcleo interno sólido. / © Geoazur/Nicolas Sarter.

Inversión del manto lunar

Teniendo en cuenta todos estos aspectos es que hemos llegado no solo a comprobar la existencia del núcleo sólido de nuestro satélite, sino también a confirmar que en el pasado ha habido desplazamientos de material en el manto, la capa intermedia entre el núcleo y la corteza de la Luna.

Este proceso se denomina inversión del manto lunar y la nueva investigación explica incluso cómo ocurrió: el material del manto subió a la superficie y depósito rocas volcánicas en la corteza lunar. Luego, los elementos demasiado densos, en comparación con el material circundante en la corteza, provocaron su retroceso geológico.

Este estudio ha permitido asimismo comprender mejor la desaparición del campo magnético lunar. Sabemos que poco después de su formación, la Luna tenía un poderoso campo magnético, que comenzó a disminuir hace unos 3.200 millones de años.

Ese campo magnético es generado por el movimiento y la convección en el núcleo, por lo que la composición del núcleo lunar es relevante para ayudar a entender mejor cómo y por qué desapareció el campo magnético.

Campo magnético lunar

Esta investigación cuestiona la evolución del campo magnético lunar gracias a su demostración de la existencia del núcleo interno, escriben los investigadores en el artículo que publican en la revista Nature.

También respalda un escenario global de vuelco del manto que brinda información sustancial sobre la línea de tiempo del bombardeo lunar en los primeros mil millones de años del Sistema Solar, añaden.

Por todo ello, esta investigación conducirá a una comprensión más precisa de la historia de la Luna y, por extensión, la del Sistema Solar, concluyen sus autores.

Referencia

The lunar solid inner core and the mantle overturn. Arthur Briaud et al. Nature (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-023-05935-7