Astrofísica

La búsqueda de un noveno planeta se complica

La gravedad “alternativa” de la Vía Láctea podría explicar las anomalías orbitales atribuidas al hipotético planeta

Redacción T21

Las anomalías orbitales observadas en el sistema solar, que han motivado la hipótesis del Planeta Nueve, pueden explicarse mediante una formulación alternativa de las leyes de la gravedad. Esto no significa que el noveno planeta no exista, sino que su existencia es menos probable de lo que se pensaba.

Desde hace años, algunos astrónomos sospechan que existe un planeta gigante y misterioso más allá de Neptuno, que podría explicar las órbitas extrañas de algunos objetos del cinturón de Kuiper.

Este hipotético planeta, llamado Planeta Nueve o Planeta X, se estima que tiene unas 10 veces la masa de la Tierra y una órbita muy alargada y excéntrica, que lo llevaría a estar entre 200 y 1200 veces más lejos del Sol que la Tierra.

Sin embargo, encontrar este planeta es una tarea difícil, ya que su brillo sería muy débil y su posición exacta es desconocida. Hasta ahora, ningún telescopio ha podido detectarlo directamente, y solo se dispone de evidencias indirectas.

Evidencias indirectas

Las evidencias indirectas se basan principalmente en las supuestas huellas gravitacionales que el noveno planeta dejaría en otros cuerpos del sistema solar, especialmente en algunos objetos del cinturón de Kuiper. Estos objetos tienen órbitas elípticas que apuntan en la misma dirección, lo que es muy improbable que ocurra por casualidad. Los científicos han calculado que la presencia de un planeta oculto con unas 10 veces la masa de la Tierra y una órbita muy excéntrica podría explicar este fenómeno.

Además, el Planeta Nueve también podría ser el responsable de la inclinación de unos 6 grados que presenta el plano orbital de los ocho planetas conocidos respecto al Sol. Según un estudio, el Planeta Nueve habría ejercido una fuerza gravitatoria sobre los otros planetas a lo largo de miles de millones de años, provocando su desalineación.

Otras posibilidades

Sin embargo, estas evidencias no son definitivas, ya que podría haber otras causas posibles para las anomalías observadas en el sistema solar.

Por ejemplo, algunos científicos han propuesto que, en lugar de un planeta, podría haber un disco de material disperso más allá de Neptuno, o que la influencia de estrellas cercanas que pasaron por el sistema solar hace millones de años podría haber alterado las órbitas de los objetos del cinturón de Kuiper.

Por lo tanto, la única forma de confirmar o descartar la existencia del Planeta Nueve es observarlo directamente con un telescopio muy potente, algo que hasta ahora no se ha logrado. La búsqueda del Planeta Nueve sigue siendo uno de los mayores retos y alicientes para la astronomía moderna.

Más complejidad

Pero ahora, un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Hamilton, en Estados Unidos, ha añadido más complejidad al problema.

Según su trabajo, publicado en la revista The Astronomical Journal, las mismas observaciones que motivan la búsqueda de un noveno planeta podrían en realidad ser las primeras firmas en el sistema solar de una formulación alternativa de las leyes de la gravedad.

El artículo estudia el efecto que tendría la Vía Láctea sobre los objetos del sistema solar exterior, si las leyes de la gravedad se rigieran por una teoría conocida como Newtoniana Modificada Dinámica (o MOND), según se explica en un comunicado.

Gravedad alternativa

MOND propone que la famosa ley de gravitación de Newton es válida hasta cierto punto: cuando la aceleración gravitacional predicha por la ley de Newton se vuelve lo suficientemente pequeña, MOND permite que tome el control un régimen diferente de comportamiento gravitacional.

La escala de aceleración MOND es pequeña para los estándares terrestres (una cien milmillonésima de una “g”, la cantidad de aceleración gravitacional cerca de la superficie de la Tierra).

Pero en los confines del sistema solar, la aceleración predicha por la gravedad newtoniana es lo suficientemente pequeña como para que los efectos MOND puedan ser significativos, destacan los investigadores.

Teoría comprobada

Los autores de esta investigación han comprobado que las predicciones de MOND contradicen las observaciones previas sobre las anomalías orbitales que habían motivado la hipótesis de un noveno planeta.

Argumentan que, durante millones de años, las órbitas de algunos objetos en el sistema solar exterior se habrían alineado con el propio campo gravitacional de la galaxia y que esta sería la explicación de las anomalías orbitales.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron simulaciones por ordenador para modelar la evolución del sistema solar durante miles de millones de años, teniendo en cuenta diferentes escenarios posibles.

Menos probable

Así, descubrieron que algunos objetos del cinturón de Kuiper podrían haber adquirido sus órbitas actuales sin la necesidad de un noveno planeta, solo con la influencia de la gravedad “alternativa” de la Vía Láctea.

Esto no significa que el Planeta Nueve no exista, sino que su existencia es menos probable de lo que se pensaba.

“Es posible que las anomalías del Cinturón de Kuiper sean evidencia del Planeta Nueve, o que sean espurias, pero también que, alternativamente, pueden ser evidencia de una modificación de la gravedad newtoniana”, escriben los investigadores en su artículo.

Seguir buscando

Los autores advierten, no obstante, que el conjunto de datos actual es demasiado pequeño para sacar conclusiones confiables y que cualquier cantidad de posibilidades podría resultar correcta.

Por ello esperan que futuras observaciones con telescopios más potentes, como el Telescopio Vera C. Rubin o el Telescopio James Webb, puedan arrojar más luz sobre estos misterios.

Referencia

Modified Newtonian Dynamics as an Alternative to the Planet Nine Hypothesis. Katherine Brown and Harsh Mathur. The Astronomical Journal, Volume 166, Number 4; 2023 September 22. DOI:10.3847/1538-3881/acef1e