Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Ciencia y sociedad

Las lagartijas urbanas se han vuelto sorprendentemente sociales

El avance imparable de la urbanización está reescribiendo las reglas de la naturaleza

Podarcis muralis, cerca de Livorno, Toscana, Italia.

Podarcis muralis, cerca de Livorno, Toscana, Italia. / Lucarelli. CC BY-SA 3.0.

Redacción T21

Madrid

Un nuevo estudio revela que la estructura de las ciudades obliga a la lagartija urbana a abandonar su carácter territorial y forjar vínculos más fuertes para sobrevivir, un hallazgo que redefine nuestra comprensión de la adaptación animal.

Un estudio publicado en la revista Biology Letters revela que las lagartijas roqueras (Podarcis muralis ) que habitan en núcleos urbanos desarrollan una vida social sorprendentemente más rica y compleja que sus parientes del campo.

La investigación constata que la vida en la ciudad está reconfigurando profundamente el comportamiento social de estos reptiles, llevándolos a tejer redes sociales mucho más complejas de lo que se podría esperar de una criatura tradicionalmente solitaria.

El equipo de investigación, liderado por Avery L. Maune de la Universidad de Bielefeld, estudió poblaciones de lagartijas en hábitats urbanos y no urbanos de Croacia para comprender cómo la urbanización afecta a sus interacciones.

Trabajo de campo

A través de un trabajo de campo, que incluyó la marcación y observación de 94 individuos, los científicos construyeron mapas de redes sociales basados en la proximidad entre los animales.

Los resultados mostraron que las lagartijas de la ciudad no solo tenían un mayor número de conexiones sociales, sino que también desarrollaban vínculos más fuertes y frecuentes en comparación con sus parientes del campo. Mientras que el 81% de los individuos urbanos estaban integrados en una red social, solo un 23% de los rurales mostraba alguna conexión detectable.

Hábitat urbano

La explicación a este cambio de paradigma social no parece residir, como podría pensarse inicialmente, en una mayor densidad de población. Aunque hubo una ligera tendencia a una mayor densidad en las zonas urbanas, el estudio demostró que este factor no era el motor principal del aumento de la sociabilidad.

En cambio, los autores proponen que la clave se encuentra en la propia estructura del hábitat urbano. Las ciudades, con su mosaico de edificios, muros y pavimento, fragmentan el entorno y confinan a las lagartijas en "islas" de hábitat más pequeñas y aisladas. Esta limitación espacial reduce la capacidad de los individuos para evitarse mutuamente, forzando encuentros más frecuentes y prolongados.

Referencia

City lizards are more social. Avery L. Maune et al. Biology Letters, 24 September 2025. DOI:https://doi.org/10.1098/rsbl.2025.0326

Tolerancia social

Además, los recursos esenciales como los refugios, el alimento o los lugares para tomar el sol están distribuidos de forma irregular y concentrada en las ciudades. Por ejemplo, los muros de piedra ofrecen abundantes grietas que sirven de cobijo y favorecen la superposición espacial de varios individuos. Ante esta situación, defender un territorio exclusivo pierde sentido y resulta energéticamente costoso. En su lugar, parece imponerse una estrategia de mayor tolerancia social, que permite a las lagartijas acceder a los recursos compartidos minimizando los conflictos.

Esta adaptación conductual podría ser fundamental para la supervivencia de muchas especies en los ecosistemas modificados por el ser humano. Al volverse más tolerantes, las lagartijas no solo evitan el desgaste de las agresiones constantes, sino que también pueden beneficiar de la información social para desenvolverse en paisajes complejos e impredecibles. Este cambio podría incluso llevar a la aparición de nuevas estrategias sociales, como el paso de la territorialidad a jerarquías de dominancia, según los investigadores.

No obstante, esta nueva vida social no está exenta de posibles consecuencias. Una mayor tasa de contacto en redes más conectadas podría facilitar la transmisión de parásitos y enfermedades. Asimismo, la restricción del movimiento podría aumentar la endogamia dentro de los parches de hábitat.

Tracking Pixel Contents