Avilés, Saúl FERNÁNDEZ

Todo está a punto para que el «Woody Allen Spanish Project (WASP)» descoloque la vida cotidiana de los avilesinos. El Ayuntamiento ya envió el miércoles cartas, como bandos municipales, en las que se comunicaba que, desde las seis hasta las nueve de la noche, las calles más céntricas de la villa, el cogollín avilesino, sería tomado por los camiones, las caravanas, los coches, el equipo completo del rodaje la película española del cineasta de Nueva York.

«A las cinco tienen que estar recogidas las terrazas de los bares», explicó anoche la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela. Una hora después, lo que está previsto es que el de Brooklyn diga eso de «silencio, se rueda», las palabras mágicas en una Asturias completa rendida al talento de Woody Allen y al «glamour» del trío femenino indiscutible: Scarlett Johansson -de rubia platino- y las dos morenas más singulares: Rebecca Hall y Penélope Cruz. A las tres las acompaña Javier Bardem.

Las calles de San Francisco y de Galiana y la plaza de Álvarez Acebal fueron visitadas ayer por la mañana por parte del equipo técnico de la película de Woody Allen. Se vio a Alain Bainée, el diseñador de producción, ultimando los detalles en el parque de Ferrera: tomaba nota, hacía dibujos, lo preparaba todo para que esta tarde todo sea un jolgorio, un ir y venir de técnicos con cables, focos y demás.

Un camión de mudanzas descargó junto a los caños de San Francisco el mobiliario de un bar improvisado que, a todas luces, se ubicará en el atrio de la iglesia de San Nicolás de Bari. Uno de los técnicos descargó precisamente un cartel que anunciaba el café bar San Nicolás de Bari, el objeto de la ficción, el chigre en el que los veraneantes desarrollarán probablemente algún diálogo. Eso sucederá a primera hora de tarde. Después, quizás al anochecer, el equipo se trasladará al Jardín Francés, que ayer por la mañana cambió de cara, con farolas nuevas, de color negro, con el pasado en conjunción completa con el pasado palaciego del entorno.

Woody Allen también filmará en el faro de San Juan donde ayer por la mañana una cuadrilla descargó una lancha que debía adornar el edificio. También varios pintores cambiaron el aspecto del edificio: colocaron un mural, decoraron las contraventanas. Por la noche los técnicos celebraron una espicha en Avilés.