San Sebastián

Liv Ullmann está ligada indefectiblemente a Ingmar Bergman. Ayer en San Sebastián dijo que tras su muerte le siguen haciendo las preguntas de siempre sobre el maestro, su «mejor amigo» y «profesor», cuyas películas espera que no acaben únicamente «en las filmotecas o en las tiendas de vídeo».

Ullmann, que anoche recibió el premio «Donostia» del Festival de Cine de San Sebastián, dijo en un breve encuentro con un grupo de periodistas que la desaparición del director sueco le ha dejado «huérfana de alguna manera». Pero no del todo, porque Bergman aglutinó en torno a sí a un grupo de actores y profesionales del cine, desde maquilladores a encargados del vestuario, que son «cercanos y buenos amigos».

«Nos tenemos los unos a los otros, siempre con la referencia permanente de Ingmar, pero no como un dios. Quizá fue la persona más importante de todas nuestras vidas, él nos hizo sentir que era algo importante lo que hacíamos. A veces, todos necesitamos a alguien, y como adultos tuvimos un buen profesor», señaló la actriz noruega, quien citó a Bibi Anderson y Erland Josephson.

La actriz noruega cree que en los tiempos actuales son necesarios «todavía más» filmes como los de Bergman, reflexivos e introspectivos, aunque aseguró que cada vez es más difícil rodar este tipo de películas.

«Hay pocos productores y distribuidores que quieran invertir en ellas», comentó la intérprete de «Persona», «Gritos y susurros» o «Secretos de un matrimonio», tres de la decena de títulos que rodó a las órdenes del realizador sueco.

Ullmann afirmó que sus «mejores momentos» tuvieron lugar junto a Bergman, si bien ha sido con su muerte hace dos meses cuando ha percibido realmente lo importante que fue para ella. «Significó diferentes cosas para mí, y ya sabía que era muy importante, pero no tanto. En su obra había una verdad. Cuando empezó, nadie hacía películas como las que rodaba con él y fue en Latinoamérica donde primero se le reconoció, antes que en Escandinavia o Suecia. Nunca se vendió a Hollywood, y yo admiraba eso», señaló Ullmann, quien sí tuvo una incursión en los grandes estudios y llegó incluso a trabajar con Charles Bronson.

Esta actriz de papeles serios disfruta con el humor y también cree necesarias películas de este género, que «igualan en la risa» a personas diferentes, como le ocurrió a ella anteayer viendo «Un funeral de muerte».