Oviedo, Ch. N.

Susu es «La Media Luna». Cantante y compositora, a su familia, familia de músicos, acaba de llegar otra criatura en forma de segundo disco de esta donostiarra criada en Barcelona. «Calma» se pone a la venta el 14 de abril, lo presentará el treinta de este mes en Oviedo.

-¿Qué respira este disco?

-La mayoría de las canciones, aunque hablen del amor, o de otras cosas, de asuntos algo autobiográficos, también tratan de la serenidad en un mundo bastante agresivo, un mundo muy duro. La prisa es la constante y eso hace que uno no haga las cosas del todo bien. Al contrario, todas las decisiones que se toman desde la calma suelen llevar a cosas hechas con más cariño, con más profundidad. Así que la calma es el estado perfecto para la acción. Tanto la calma como el amor nos hacen dar sentido y encontrarnos en el microcosmos.

-¿Se puede llevar con calma una carrera discográfica?

-Así trato de hacerlo, aunque como mi ambición va más allá de hacer música en casa, en momentos, tengo que entrar en la rueda de la industria. A pesar de que uno quiera, no se puede ser completamente puro. Engañaría si dijera que todo en mí es calma. Pero intento que esos momentos sean los menos posible.

-¿De dónde nacieron estas canciones?

-En el 2005 sacamos «En la arena» y seguí componiendo. Ese año ya empezaron a salir algunas de estas nuevas canciones. Dentro de mi vida no tengo mucho tiempo para mí sola, y este disco se ha compuesto en esos ratitos en que dejo de lado mi función como madre, o como esposa, acompañando a Shuarma.

-¿Grabado entre Barcelona y Londres?

-Siempre tiro para mi casa, más por mi hijo, que tiene seis años ahora y todo lo que supone irse siempre es un pequeño trauma. Lo grabé con Joe Dworniak, que es amigo. Se instaló en casa, cogimos unas colchas y unas alfombras antiguas e improvisamos un estudio. Luego mezclamos en Londres.

-¿Influye la maternidad en la música?

-Mucho, porque cuando tienes un hijo es como si te replantearas la vida, tu infancia, la relación con tus padres... Sin duda las canciones que estoy componiendo tienen que ver con todo eso.

-¿Se siente en la tradición del pop de autor de mujer?

-Me siento ligada con la música de raíz popular del País Vasco. Las que me cantaba mi madre de pequeña, canciones nostálgicas que te llenan de emoción. Siento que tengo algo del Norte e incluso hay gente, como mi padre, que dice que tengo que ver con esa melancolía. Y tengo una sensibilidad bastante pronunciada con lo que le sucede a la mujer a un nivel histórico. Es como si estuviera conectada con épocas en las que la mujer ha sufrido mucho, y yo no puedo evitar en mi realidad, que es todo lo contrario, sentir ese dolor del pasado.