Dajla (Argelia), J. García

La quinta edición del Festival Internacional de Cine del Sahara (Fisahara) se inauguró en el campo de refugiados de Dajla con la presencia de una nutrida representación del cine español, encabezada por el único actor español que ha recibido un «Oscar», Javier Bardem.

Bardem explicó que llevaba muchos años intentando viajar a los campos, pero que nunca había podido encontrar el momento hasta esta ocasión, que además le permitía conocer el campo de Dajla, el más alejado de los cinco campamentos de refugiados cercanos a Tinduf.

Dajla se encuentra a más de cuatro horas de duro viaje por el desierto desde esa localidad del sureste argelino y es el campamento con mayores dificultades de suministro de energía y alimentos y con los más graves problemas de malnutrición, especialmente entre los niños.

Decenas de representantes del cine español acudieron esta tarde a la ceremonia de inauguración del festival, presidida por el primer ministro de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Abdelkader Taleb Omar, y por el responsable de la coordinadora estatal española de Asociaciones de Solidaridad con el Sahara, José Taboada.

Bardem y el músico Manu Chao ocuparon la primera fila de la sala donde se celebró la inauguración, sentados junto al ministro del Interior de la RASD, Budani Sid; la ministra de Cultura, Jadisha Handi; el primer ministro y el presidente del Parlamento saharaui, Mahfud Ali Beiba. Acudieron, además, el hermano de Javier, Carlos Bardem, y otros actores, como Rosa María Sardá, Carmelo Gómez, Guillermo Toledo, Fran Perea y Luisa Martín, además de cineastas como Fernando Colomo, Joaquín Oristrell, Gerardo Olivares y Javier Corcuera. José Taboada destacó que «el cine es tan fuerte que ha conseguido que el problema saharaui sea mucho más conocido desde que se celebra el festival», el único del mundo que se organiza en un campo de refugiados desde 2003.

«Necesitamos romper el muro de silencio en torno al Sahara para que el Gobierno español asuma su responsabilidad histórica, después de que los saharauis fuesen traicionados y entregados a Marruecos por España en 1975», dijo. Taboada resaltó que, tras 33 años en los campos de refugiados, las nuevas generaciones de saharauis no han conocido nunca su tierra y que uno de los motivos de la celebración del festival es que la gente no olvide que «este pueblo quiere volver a su patria del Sahara occidental».