Bárbara MORÁN

Cuerres (Ribadesella),

Los acantilados de Castru Arenes, situados en la localidad riosellana de Cuerres, volvieron ayer a convertirse en un improvisado plató de rodaje de los dos últimos capítulos de la primera temporada de la serie de Televisión Española «La Señora». Victoria y Ángel, los dos personajes protagonistas de la producción televisiva a los que dan vida la actriz Adriana Ugarte y Rodolfo Sancho, volvieron ayer al lugar donde se conocieron en la ficción televisiva de «La Señora» y se reencontraron de nuevo al borde de los acantilados de Cuerres para continuar la tormentosa y triste historia de amor que mantiene en vilo a media España todos los jueves a las diez de la noche.

Un equipo técnico, maquilladoras, peluqueras, estilistas y un amplio equipo de caravanas con catering incluido volvía así después de cuatro meses a acampar en el área recreativa de Guadamía, en Ribadesella, para gravar los capítulos 12 y 13 de la primera temporada de esta historia de amor ambientada en los años veinte y que ha marcado un antes y un después en la moda de las teleseries que actualmente se reparten la parrilla de programación televisiva nacional.

«Sin duda la excelente acogida que ha tenido esta serie, algo que todos teníamos en duda ya que era un producto muy distinto a lo que actualmente estaba emitiéndose en prime time, ha marcado un antes y un después y tenemos en conocimiento que hay dos nuevas series ambientadas en otras épocas similares que pronto se emitirán; todos estamos muy contentos». Así se explicaba Enrique Bellot, ayudante de producción en el rodaje de «La Señora», a pie de rodaje. Durante toda esta semana el equipo trabajará en los demás exteriores del oriente asturiano como Llanes y Colombres (Ribadedeva) y en la cuenca minera, en los que se desarrolla la trama de la teleserie.

«La Señora» ha logrado asentar una audiencia de unos tres millones de espectadores cada jueves, con un rodaje puramente cinematográfico, exteriores elegidos minuciosamente por el oriente asturiano y la zona de Langreo, concretamente en el pozo minero Carrio y en Moreda (Mieres), con un vestuario seleccionado exclusivamente en anticuarios londinenses y con una historia de amor y desamor ambientada en los años veinte en los que una joven intenta acabar con las injusticias sociales desde su acomodada vida. Estas son sólo algunas de las claves que pueden explicar el enganche que muchos telespectadores confiesan tener con la serie.

Adriana Ugarte, la actriz protagonista de la serie, se manifestó ayer satisfecha y muy contenta por la buena acogida que su personaje Victoria ha tenido entre el público: «lo cierto es que cuando vinimos por primera vez a rodar aquí a Asturias todos estábamos desconcertados sin saber muy bien si la serie funcionaría, si iba a gustar a la gente y hoy, cuatro meses después, estoy aquí muy contenta por los resultados obtenidos y con ganas de seguir trabajando, la gente me para por la calle para decirme que le encanta la serie y eso siempre es un orgullo».

La actriz también quiso resaltar la importancia indiscutible de Asturias en la serie televisiva: «estos acantilados son la clave de nuestra historia, es el lugar en el que nos conocimos, en el que nos enamoramos y al que venimos cuando estamos al límite sabiendo que el otro también estará aquí, Asturias es maravillosa, un paisaje que hipnotiza y en el que a cualquiera le encantaría vivir»