Sus análisis huyen de la pedantería a la velocidad de la luz, pedantería que, desde hace lustros, inunda ciertos sectores de la opinión futbolera. Va directo al corazón del problema, con verbo fluido, de la calle, por tanto de entendimiento fácil. Es un showman que se ajusta a la vida televisiva del momento. Por eso el Gemelu, que desvela sus inquietudes en radio y televisión gracias a Carlos Novoa, describe a los futbolistas, entrenadores o aficionados con los que discrepa como ¡ciudadanos!: «Esi ciudadano no tiene ni idea», espeta cuando denuncia los desmanes de algunas estrellitas del mundo balompédico. Ciudadano: ¡qué forma tan sutil de definir a los chuletas que se pasan de frenada! Si el Gemelu hubiera caído en manos de un preboste de la tele nacional sería una estrella nacional. Aunque para algunos, como el que escribe, es una estrella total, un showman que se están perdiendo millones de espectadores. El rey de la naturalidad.