Cuando todavía no se han apagado las brasas del escándalo acerca de la posible compra de votos que llevaron a Massiel a la victoria en Eurovisión, va La Sexta y manda al Follonero a regalarle una guitarra «Luciana» al irrepetible, al único, al genuino Papa de Roma. Lo vimos el pasado lunes en «Buenafuente», como anticipo del esperadísimo «Salvados por la Iglesia» que inaugurará la nueva serie de frikidocumentales del antiguo colaborador de Andréu. Menudo error. Todo el mundo mosqueado imaginándose a un subdirector de la tele franquista manteniendo en el Budapest de 1968 una reunión secreta con el ministro húngaro de Dibujos Animados de Plastilina -Dios mío, ahora entiendo el porqué de aquellos monigotes de plastilina televisivos de mi infancia-, y mientras tanto La Sexta se jacta de andar haciendo regalos relacionados con Rodolfo Chikilicuatre a importantes jefes de Estado europeos.

Pero no es un error debido a la inoportunidad de la idea o a su falta de disimulo. No, no. Es un error debido a que han intentado sobornar al jefe de un Estado que no participa en Eurovisión. No conozco el motivo, pero el Vaticano no acostumbra a enviar apoderados al certamen yeyé. Quizá sea porque su reino no es de este mundo -aunque no creo, si hasta tienen un astrónomo oficial que anda estos días comentado que pueden existir seres extraterrestres inteligentes como parte de la creación-; a lo mejor es que la música sacra tiene un punto soporífero que le impide uno y otro año pasar el casting -aunque tampoco, nosotros enviamos una vez a Jaime Morey y coló-; o sencillamente es que las normas del concurso impiden la participación de dictaduras -ya, pero entonces, ¿España con Massiel?-. Sea por el motivo que fuera, resulta claro que a quien hay que regalarle la guitarra «Luciana» es a Merkel, Berlusconi o Sarkozy. A lo mejor el Follonero ya lo ha hecho y lo descubriremos dentro de 40 años. A lo mejor ésa es la finalidad última de la vuelta de «Caiga quien caiga» a La Sexta.

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