La salida o defenestración de Paquito González hace dos meses de la Cadena SER y de su querido «Carrusel» ha provocado un auténtico terremoto en las grandes cadenas radiofónicas de este país, casi justo al final de temporada. Parece ser que lo de la SER con Paco González viene de atrás, no había entendimiento entre Anido, director de la emisora, y González, director de «Carrusel». La cuerda se tensó... y la SER perdió en el Mundial medio millón de oyentes. Mientras, Telecinco, con J. J. Santos y Paquito González, jugó a hacer el indio en el «Especial Sudáfrica» de la cadena, con sobres sorpresa acabaron. Aquello parecía más la subasta del «1, 2, 3, responda otra vez». Sólo faltaban Mayra Gómez Kemp y la Ruperta.

Comparado con el impecable «Especial Mundial de Cuatro», conducido por Lama, Castaño Juanma y Manu Carreño, lo de la Cinco parecía una verbena. Sólo Sara Carbonero, el triunfo final de los nuestros y el beso entre la periodista e Iker Casillas salvaron los muebles de la cadena del «Sálvame». Paco González ya había tenido una experiencia en Cuatro, «Maracaná 2006», de la que Michael Robinson salió pitando, al ver la que se montó en la primera emisión. Lo de Paco no es la tele, es la radio.

Y en ésas estamos. La incertidumbre ha llegado a todas las redacciones de las grandes cadenas y nadie sabe con qué «camiseta emisora» va a jugar en septiembre. La COPE ha puesto encima de la mesa diez kilos para empezar a ser el líder los fines de semana. El fichaje de González y Pepe Domingo Castaño, líderes de audiencia en los últimos veinte años, es su apuesta mas fuerte, pero una cosa son los capitanes y otra cosa formar los equipos. Ayer se anunciaron nuevos fichajes, más de la SER que se pasan a la COPE. La gran incógnita es Manolo Lama, porque los comentaristas y los tertulianos estarán donde más se les pague y donde estén más cómodos. Pero en la radio deportiva, en las retransmisiones futbolísticas, hay sólo dos grandes maestros actualmente, que son Manolo Lama en la SER y Alfredo Martínez en Onda Cero. Escucharlos es como si el oyente mismo fuera el que metió el gol a la irreconocible Holanda en la final del Mundial. Ellos son la épica y la pasión delante de un micrófono, y eso es lo que engancha al oyente de verdad y al cliente.

El oyente siente la épica a través de la radio como si fuera el mismo Iniesta solo ante el portero holandés, a punto de entrar en la historia. Ésa es la baza más importante y todavía está por jugarse.

En cuanto a la SER, los sustitutos de la casa que ha fichado el «revolvín» Anido dan un poco la risa. Pero nunca se sabe. En definitiva, los uniformes para la batalla todavía están en el sastre. Veremos, mejor dicho... escucharemos.