Alberto Chicote se hizo famoso (o mejor dicho volvió a la primera línea de fuego porque antes ya era conocido) gracias a la decisión de La Sexta de contratarle para traer a España un formato que había nacido en los Estados Unidos y que ya triunfaba en medio mundo: el de Pesadilla en la Cocina, un programa que visita lo peor de lo peor de la restauración en todo el país y que trata de aportar la experiencia de un galardonado chef como Chicote para evitar que los locales en ruina acaben teniendo que cerrar la persiana. Y el experimento, iniciado hace ya seis años, parece que funcionó. Chicote cosecha éxito tras éxito en la pequeña pantalla y, a pesar de que algunos restaurantes han tenido que cerrar a pesar de todo ahogados por las deudas o por una mala situación personal, el chef sigue consiguiendo audiencia. Pero, ¿y en el campo de la restauración, prueba Chicote de su misma medicina?, ¿qué opinan los clientes que acuden a su restaurante en Madrid, el Yakitoro?

Pues casi todo cosas buenas. En la principal página de opiniones en la red (Tripadvisor) el restaurante cuenta con más de 4.500 comentarios y una nota media de cuatro sobre cinco. Pero también hay gente a la que no le ha gustado su experiencia y que tratan de hacer vivir a Chicote a través de las redes su particular “Pesadilla en la cocina”. “Los callos estaban sosísimos, sólo había cuatro, un despropósito de plato. Pero lo peor es el concepto. A ver, si es un sitio de tapas acepto que mi mesa esté pegada a la de otros comensales pero pegada pegada, pero el servicio sea rápido y las tapas salgan pronto. En un restaurante tardas más en tomar nota, atender y servir me separas más las mesas y me llenas más el plato. Lo de Pesadilla en la Cocina… mucho reformar locales y el tuyo está descuidado, plantas secas, techos caídos y un poco sucio la verdad”, comentaba hace apenas unos días uno de los clientes del restaurante que calificaba la experiencia como “mala”.

Demasiada espera

Las esperas tampoco gustaron a otros comensales. “Reservamos con tiempo para comer el sábado 21 de julio a las tres y media de la tarde. Coincidió que ese día estaba Chicote en la cocina controlándolo todo. Tuvimos que esperar por la mesa un tiempo prudencial de 20 minutos pero después el primer plato no salió hasta las cuatro y veinte. Sirvieron con mucha parsimonia y fatal. Al primero que sirvieron acabó los tres platos antes de acabar nosotros con el primero, a las cinco de la tarde aún estábamos pendientes del segundo plato”, aseguró. Este cliente.

Pero hay quienes han salido todavía con peor experiencia del local. “Llegamos con muchas expectativas y salimos espantados. Teníamos a un cocinero al lado bastante cabreado con el mundo, las brochetas que estaba haciendo terminaron en el suelo o en el carbón y a la cuarta o quinta las volvió a poner en las brasas y le puso más salsa También nos tiró sal encima”, relató una clienta. “Estoy acostumbrado a viajar por restaurantes del mundo y esto me ha decepcionado. La atención de las camareras era extraordinaria pero la confección del menú y el desarrollo de los platos fueron deficientes en su totalidad. Una ensalada de berros salada, una brocheta de pollo super pasada, un arroz que se apelotonaba formando bolas…”, resume otro criticando que Chicote sea tan puntilloso en los restaurantes que visita en la tele.

Y otras buenas opiniones

Pero como en todo… hay opiniones para todos los gustos (no en vano no puedes ir al local si no reservas con mucha antelación y no todo se debe a la fama de la televisión). “Es un restaurante top, todos los detalles están muy bien cuidados”, decía esta semana un comensal. “Fuimos cuatro personas a probar la gran mayoría de cosas. Perdimos la cuenta de la de pinchos que pedimos. Con postres, bebida y todo por menos de 90 euros, nos sorprendió gratamente”, añadió otro. Ninguno de ellos, eso sí, probó su visita al lugar. Y es que, tal y como denuncian los hosteleros, las webs de opiniones no exigen ningún tipo de comprobante a la hora de dejar opiniones que en muchas ocasiones pueden cambiar el rumbo de un local. Al menos Chicote aquí se tendría que enfadar consigo mismo.