Dicen que todos tenemos un doble en esta vida. Y algo así parece haberle ocurrido a una de las últimas jóvenes que fue a buscar el amor (o algo parecido) al programa First Dates que desde hace años emite con gran éxito en el acces prime time Cuatro, el segundo canal de Mediaset en España. La chica fue con todas sus buenas intenciones pero en lugar de encontrar una pareja lo que logró fue hacerse más que conocida entre los seguidores del programa, una comunidad de espectadores más que activos en las redes sociales y que no pierden oportunidad alguna para comentar con otros espectadores (normalmente a través de Twitter) todo lo que ven al otro lado de la pantalla. En esta ocasión lo que llamó la atención fue el parecido (más que razonable) de la concursante.

A sus 49 años Marta, una terapeuta llegada desde Madrid se definió como una mujer con la que vivir en un viaje constante. Tanto que los encargados de hacer las parejas del reality (que a veces aciertan y en cambio otras parece que los ponen al azar o sólo con el objetivo de generar controversia), le colocaron al otro lado de la mesa a Albert, un asesor fiscal de Barcelona de 52 años al que aseguró que le encantaba viajar. Pero casi nadie se pudo fijar en la cita ni tan siquiera en lo que decían los comensales. ¿La razón? Todos estaban pensando en realidad en el gran parecido que le habían sacado a la mujer.

Hay quién incluso pensó que era (la edad no cuadraría pero ya se sabe que en redes todo es posible), una azafata del mítico 1, 2, 3 de Televisión Española. “Se parece mucho a la chica, yo creo que se llamaba Marta de Pablo pero lo que pasa es que ahora está irreconocible”, comentaba un tuitero durante la emisión del programa utilizando el hastag que proponen desde el canal de televisión en el que se emite el concurso y que cada noche cientos de personas usan para ir comentando lo más simpático o anecdótico de lo que sale en la pequeña pantalla. Lo cierto es que parece que casi nadie contempla ya la emisión de este tipo de programas sin tener el móvil a mano y sin ir comentando a través de Twitter todo lo que va saliendo en el formato.