No por llevar un buen calzado se pisa más fuerte. Sino que se lo digan a Emmelie De Forest (ganadora de Eurovisión 2013) o a Loreen (ganadora un año antes). Aparte de tener la semejanza de haber ganado un Festival de Eurovisión, la danesa y la sueca comparten haber salido a actuar descalzas. Y es que en toda la historia del festival (Eurovisión 2019 celebra su edición número LXIV), cinco han sido los ganadores que han dejado los zapatos en el camerino y han salido a cantar descalzos. Provocación, comodidad o capricho, lo cierto es que el triunfo de los cinco será recordado por dejar (literalmente) huella.

Sandie Shaw, "Puppet on a string" (1967)

Corría el año 67 y una joven británica se atrevía a salir con un cortísimo vestido y sin calzado a representar al Reino Unido en el Festival de Eurovisión. Sí, descalza. Lo mismo debieron de pensar los millones de espectadores que esa primavera vieron ganar a Sandie al ritmo de "Puppet on a string". Pero salir descalza no fue una exclusividad para el concurso, ya que la británica solía actuar sin calzado de manera frecuente. Quizás la costumbre partiese de un progresismo ideológico fruto del "hippismo" que reinaba en la época. Lo que está claro es que "la musa descalza de los sesenta" marcó tendencia y no dejo indiferente a casi nadie.

Sertab Erener, "Everyway that I can" (2003)

La turca Sertab Erener hizo lo mismo que Sandie, pero unos cuantos años después. En 2003, Turquía ganaba el Festival de Eurovisión con una animada canción que traía una divertida puesta en escena. El vestuario de la intérprete y de su coro, partía de la inspiración de la ropa de las odaliscas y en general, de toda la cultura del harem de los sultanes otomanos. El colofón lo ponían sus pies descalzos que firme y fuertemente pisaban el escenario de aquella edición celebrada en Riga.

Dima Bilan, "Beleive" (2008)

Los primeros segundos de la realización de la actuación de Rusia en la edición de 2008 mostraban a un Dima Bilan sentado en el escenario. Iba vestido de blanco y mostraba a cámara su pie descalzo. Segundos después, se levantaría y junto a un violinista húngaro y a un patinador sobre hielo concluiría la actuación que le valdría la victoria para Rusia en el festival de aquel año.

Loreen, "Euphoria" (2012)

Si hay un antes y un después en la historia de Eurovisión respecto a la puesta en escena y la realización, es gracias a la actuación de la sueca Loreen en Bakú. El movimiento de cámara compaginado con sus pases de baile que se asemejaban a las artes marciales, creaban una atmósfera oscura, misteriosa e indiscutiblemente atrayente. Loreen arrasaba con el tema y con su presencia en escena, que al igual que los anteriores artistas citados, lo hacía descalza.

Emmelie De Forest, "Only teardrops" (2013)

Días previos a la gran final de Eurovisión 2013, todos los sondeos, encuestas y parte de la opinión pública ya daba como gran favorita a la joven danesa Emmelie De Forest. Y no se equivocaron. "Only teardrops" ganaba en Malmö la edición número LVIII del Festival de Eurovisión. Su intérprete que radiaba juventud, frescura y luminosidad interpretaba de forma brillante la canción e iba ataviada con un look muy hippie, que incluía sus pies descalzos.

Como parte de esta moda hippie de no usar calzado, algunos representantes españoles también se subieron al carro. Eso sí, sin mucho éxito. En 1983, Remedios Amaya interpretaba "Quién maneja mi barca" con un llamativo vestido a rayas, cinta en el pelo y sin calzado en los pies. Sin embargo, la artista no se vio reconocida por el jurado no recibiendo ni un solo voto. El mismo año que el triunfo de Emmelie, la canaria Raquel del Rosario (vocalista de "El sueño de Morfeo") salía a escena vestida de amarillo y también iba descalza. Tampoco tuvieron mucha suerte. El conjunto astur-canario se vio desplazado a la penúltima posición.