Ni los millones de espectadores que están al otro lado ni tan siquiera las mareantes cifras económicas de las que se habla como premio. En no pocas ocasiones lo que se llevan los concursantes de los programas de televisión son las sensaciones que viven al estar en el plató de formatos que en no pocas ocasiones han visto cientos de veces “al otro lado”. Hace apenas unos días Orestes, uno de los concursantes más jóvenes de la historia de Pasapalabra, se sinceraba a través de Twitter y contaba sus sentimientos. “No tengo palabras para definir el día de hoy, competir en su rosco número 200 con una leyenda como Jero Hernández. No me despertéis de este sueño”, sentenciaba el joven de tan sólo 22 años.

Y es que la tarea que tenía por delante (y que aún tiene) el concursante es, cuanto menos, titánica. Orestes es uno de los concursantes más sabios de cuántos han pasado por el formato de Telecinco. Se trata, de hecho, de uno de los que más programas ha aguantado. Los responsables del formato de preguntas y respuestas de Telecinco confiaron en él, en su personalidad y en su tirón en cuanto Fran Pasapalabra, el crack asturiano del rosco, acabó su paso por el programa.

La competencia entre Orestes y Jero parece estar funcionando al menos en lo que a datos de audiencia se refiere. No en vano el concurso de Telecinco consigue colocarse casi todas las tares como lo más visto de su franja a pesar de la dura competencia que supone la presencia en Antena 3 de Los Lobos de Boom, el grupo de cuatro amigos de distintas partes de España que han logrado ya batir el récord mundial de permanencia en un programa de televisión.

Orestes y Jero ya han competido en más de 20 ocasiones por llevarse el rosco del programa pero de momento no lo han conseguido. Eso tiene una consecuencia más o menos positiva para ellos: se van sumando poco a poco euros al bote final. Tanto que ese rosco ya se está premiando con medio millón de euros de recompensa. Habrá que estar pendiente en los próximos días a ver cuál de los dos concursantes es finalmente es que logra llevarse el gato al agua. De momento lo que han conseguido (además de aumentar la audiencia) es dividir a los espectadores entre los que son partidarios de uno y de otro concursantes.