Los concursantes de la televisión son cada vez más populares. Eso es algo que ya casi nadie discute. Para verlo sólo hace falta fijarse en los datos de audiencia, que suben cada vez que uno de los concursantes que se sitúa frente a un programa de televisión es alguien más o menos popular. Es por eso que la cadenas tratan de que los que acuden a sus programas insignia sean personas con “gancho” para el público.

Los primeros que en los últimos años notaron el efecto de tener un concursante querido fueron los responsables del programa Pasapalabra. En este caso el personaje al que la audiencia ya casi consideraba uno más de la familia era Fran González. El asturiano tenía todas las “papeletas” para caer bien. Además de ser una persona muy familiar era muy humilde y tenía muchos conocimientos que hacían presagiar que su participación en el programa iba a acabar tan bien como finalmente acabó: con un triunfo contundente y casi un millón de euros de beneficios.

Esa baza del concursante casi familiar también la jugó (y muy bien también) Antena 3 con los cuatro amigos que formaban parte de Los Lobos de Boom. Tuvieron tan buenos datos de audiencia que lograron incluso que por primera vez un formato de Atresmedia superara al concurso de Mediaset presentado por Christian Galvez.

Ahora el que ejerce más o menos como rey de las audiencias es Orestes, un joven veinteañero que lucha por llevarse el bote de Pasapalabra y que ha logrado dividir a la audiencia entre quienes le defienden como un claro ganador y quienes ven en él un joven enchufado por el programa.

Pero lo que sí parece que está haciendo bien el joven es ganarse al público. Y lo está haciendo con detalles como el que sorprendió a la audiencia hace sólo unos días. Orestes lució una camiseta de Autismo Burgos, una asociación que lucha por integrar a las personas autistas en Castilla y León.

Pero lo de lucir camisetas reivindicativas tampoco es nuevo. Lo hicieron también Los Lobos de Boom. El que más tenía por costumbre tener este tipo de detalles era José Pinto, el ganadero salmantino que falleció apenas unas semanas después de abandonar el programa y a sus compañeros por cuestiones laborales. No podía seguir dejando de lado sus obligaciones y tuvo que abandonar el formato en el que tanto éxito estaba cosechando.